Hoy 
Para qué quiere un ciudadano o una ciudadana ser electo para un cargo municipal? Hubiera sido muy útil escuchar las respuestas que darían a esta pregunta el ejército de candidatos y candidatas que el próximo domingo serán votados por los electores. Algunos buscan prestigio, sobre todo ese prestigio que emana de la actividad política y que permite superar barreras e ingresar a un grupo de hombres y mujeres privilegiados. Otros van detrás de los panes y los peces. A la franca. No esconden que desean acceder a una posición municipal electiva para hacer un capital o acrecentar el que tienen. Estos suelen ser sinceros y dicen que necesitan sobrevivir a los malos tiempos. Aquí aparece la actividad política como un trampolín. Un tercer grupo de candidatos quiere ser votado porque tiene interés de servir a su municipio y, por vía de consecuencia, a su país. Estos quieren poner sus conocimientos y sus experiencias profesionales al servicio de su prójimo. Hay también un cuarto grupo, quienes son puestos por sus partidos porque son populares, o porque son comunitarios distinguidos, o porque el municipio los reconoce como personas, hombres y mujeres, íntegras e inteligentes. Es muy probable que aparezcan muchas otras razones que llevan a hombres y mujeres a luchar en sus organizaciones partidarias para abrirse paso y conseguir una candidatura.
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En este esfuerzo tienen que disponer de mucho tiempo y de recursos financieros. Algunos, incluso, sacrifican la tranquilidad y el sosiego de sus hogares. La Junta Central Electoral ha dado unas cifras que indican que las aspiraciones son muchas, miles. Específicamente, serán electos este domingo los alcaldes de 158 municipios con sus suplentes, regidores y suplentes, y los directores de 235 distritos municipales. Ojalá que todos estos candidatos busquen con sus candidaturas una oportunidad de servir a sus territorios. Esta sería la razón más legítima para invertir tanto sacrificio y dinero. Los municipios y los distritos municipales lo necesitan y lo esperan.
