El Estado dominicano invierte recursos y esfuerzos de reingeniería para lograr que empresarios del sector informal regularicen su estatus con facilidad; por lo que sorprende que de otro lado, se aparte a sí mismo del rigor de la formalidad de pagar a tiempo en respaldo a pequeños negocios, aferrándose a un burocratismo complicado a la hora de honrar compromisos con proveedores del programa de alimentación escolar. Tómese en cuenta que desarrollan una actividad que se conecta mucho con la salud de cientos de miles de estudiantes que ingieren lo que sale de sus manos. Se les debería pagar puntualmente; con la misma puntualidad con la que se les supervise y vele por la calidad y sanidad de los comestibles que proveen.
Este manejo culinario es de cierta fragilidad por estar a cargo de proveedores dispersos por el territorio nacional que operan con poco capital. La iliquidez causada por retrasos de pago tiene que generar desasosiego y crisis en sus operaciones. Disponen de poca o ninguna tecnología, y en su mayoría surgieron al vapor para beneficiarse del 4% a la educación y de la nueva política de asistencia nutricional. ¿Cómo exigir la permanencia de calidad e higiene a entidades modestas de carácter artesanal si recurrentemente les falta la sustentación económica proveniente de quienes les contrataron y luego los dejan sin recursos para adquirir materias primas e insumos, pagar locales y empleados?

Único camino para Valle Nuevo

La recuperación del parque nacional de que forma parte Valle Nuevo, liberándolo de toda actividad humana contraria a su condición de “madre de todas las aguas”, debe cumplirse fielmente en nombre de la ley y del futuro del país como asiento de recursos naturales que han estado bajo el ataque constante de depredadores, allí y en muchas otras áreas del territorio nacional. El desplazamiento asumido responsablemente por el Ministerio de Medio Ambiente, incluye reasentar en cercanos espacios a los agricultores que han tenido allí un medio de vida. Ahora lo harían en armonía con la naturaleza. Con la posibilidad de actuar como protectores de suelos bajo subsidio del Estado. Valle Nuevo debe ser rescatado con persuasión y firme compromiso de reinstalar a los campesinos en predios de vocación agrícola en los que no causen daños a bosques y ríos.