Ser humano
Guabancex, Viento y Agua

Ser humano <BR><STRONG>Guabancex, Viento y Agua</STRONG>

MARÍA ELENA NÚÑEZ
serhumano2@yahoo.com
En los últimos años se reunían, cada 9 de agosto, a celebrar  el Día Internacional de los Pueblos Originarios. Y el año pasado, decidieron formar el grupo Guabancex, Viento y Agua, con el propósito de rescatar la cultura taína en Quisqueya, motivados por Monserrat González. Son Irka Mateo, artista e investigadora de la cultura dominicana; Lynne Guitar, historiadora y antropóloga; Tony de Moya, psicólogo social y epidemiólogo; Fátima Portorreal, antropóloga y psicoanalista y Geo Ripley, artista y antropólogo.  Comparten este objetivo de Guabancex, de recuperar la memoria indígena, Domingo Abreu y Alfredo Roldán, del Espeleogrupo de Santo Domingo.

Anacaona la cautivó

Lynne se autodefine como norteamericana de nacimiento y dominicana por selección. Tiene 20 años estudiando la cultura dominicana. Aún recuerda cuánto se impresionó cuando vió una imagen de Anacaona. Ella sostiene que los dominicanos, como cultura tripartita, han logrado lo mejor de los taínos, los europeos y los africanos. Asegura, y esto lo respalda con sus investigaciones y documentos, que los taínos no fueron extinguidos y que los españoles impusieron su sistema a nivel institucional pero que en los hogares se mantenía la cultura indígena.

Yo soy tú y tú eres yo

Irka nos recuerda cómo se define el grupo en su Manifiesto. “Guabancex, Viento y Agua, es hoy un reducido grupo recién nacido de amigos y amigas, comadres y compadres, que a través de los años han conocido y practicado el valor multiplicador de la institución del guatiao, encarnación de la hermandad de la sangre, de la donación del ser propio, signado por nombre, al otro; y la adopción del nombre del otro como propio. Principio de la reciprocidad donde yo soy tú y tú eres yo; predecesor del vínculo sagrado del compadrazgo y el comadrazgo. Para obtener más información sobre el grupo, y sobre las actividades que realizan sus integrantes, pueden escribir al correo electrónico guabancex@gmail.com

Nosotros los taínos

Tony de Moya nos exhorta a no referirnos a “ellos” los taínos, más bien a “nosotros los taínos”. Dice que los dominicanos nos hemos caracterizado por la exclusión del tercero, de uno de los elementos constitutivos, entre amerindios, europeos y africanos. “Hemos perdido la memoria y la voluntad, somos como zoombies, si negamos nuestro propio ser”, afirma de Moya.

Y Fátima Portorreal señala que en la zona rural se percibe con mayor fuerza la cultura taína a través de la alimentación, el uso del agua, el manejo del bosque sano, los juegos, entre otras múltiples manifestaciones.

Conservar y difundir arte rupestre

Domingo Abreu insiste en la necesidad de preservar las evidencias que nos quedan de los taínos en las cuevas existentes en el país. Dice que, de lo contrario, corremos el riesgo de perder esta riqueza artística e histórica. A su juicio, lo que ocurrió con la Cueva de las Maravillas, en cuanto a su rescate y su uso como un punto de educación y de turismo, pudiera servir de modelo para otras cuevas. Domingo nos recuerda que la caverna es un lugar sagrado, que era la casa y el templo, que era el espacio para estar, expresarse, para pedir. Y Alfredo Roldán destaca la necesidad de difundir el arte rupestre por aquello de que no se ama lo que no se conoce.

Ser Humano

Los integrantes del grupo Guabancex y del Espeleogrupo se presentan esta semana en el programa Ser Humano (Teleantillas, domingo, 10:30 p. m.; y Coral 39, viernes, 9:00 p. m.). Geo Ripley presenta algunos instrumentos indígenas comunes a varios países, como los sonajeros, pero con diferencias según el origen, por ejemplo, con semillas, algunos, y caracoles y productos del mar, los de las islas. Y Geo, junto a Irka Mateo, y junto a los presentes en el estudio, despiden el programa con cánticos y música de los taínos.

Por favor, sé bueno conmigo

Una de las frases de resolución del sistema de Constelaciones Familiares, de Bert Hellinger, dice “por favor, sé bueno conmigo”. Podemos pedirle a ese ser que ha sido excluido de nuestro sistema familiar que sea bueno con nosotros, que nos vea con buenos ojos, y que nos dé su bendición si lo hacemos de manera diferente. Y esta petición la hacemos con amor, con respeto, con humildad y con reverencia. Y podemos inclinar un poco la cabeza, en señal de respeto, ante ese ser que nos imaginamos que está delante de nosotros. “Por favor, sé bueno conmigo”. Es una expresión válida también para el ser que ha sido excluido de la dinámica de un país o de un continente.

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