“Ser JMV de la Serie Mundial es super especial”

“Ser JMV de la Serie Mundial es super especial”

Antes de que David Ortiz llegara a los Medias Rojas de Boston, más de ocho décadas habían pasado desde la última corona de la organización.
Pero entre el 2004 y el 2013, Ortiz le brindó no una, ni dos, sino tres coronas al equipo de Nueva Inglaterra y en cada una de ellas jugó un papel preponderante.
En sus tres Series Mundiales combinadas (2004, 2007 y 2013) Ortiz bateó para .455, con tres jonrones y 14 remolcadas, además de seis dobles.
El nativo de Haina siente un gran orgullo por lo logrado, y sabe que los anillos se consiguen con algo más que una producción en el plato.
“Por Boston pasaron muchas super estrellas, pero nunca ganaron campeonatos y eso indica que por mejor que sean tus números personales, si no ganas campeonatos, a la gente se le olvida eso”, dijo Ortiz al periódico Hoy.
Y vaya que si Ortiz será recordado.
En el 2004 fue clave para llevar a los Medias Rojas a la Serie Mundial, luego de una actuación en Serie de Campeonato ante los Yanquis que le mereció un premio al Jugador Más Valioso.
Al vencer a los Cardenales de San Luis en una serie en la que Ortiz bateó para .333, con un cuadrangular, el Big Papi ayudó a romper una sequía de 86 años.
Tres años más tarde volvió a repetir la dosis pero a los Rockies de Colorado, bateando .333 y remolcando cuatro vueltas para el segundo título.
Cerró con broche de oro en la Serie Mundial del 2013, ante los Cardenales una vez más, al batear .688, con un par de cuadrangulares, seis remolcadas y un porcentaje de alcanzar base de .760.
“Ganar campeonatos es lo que te pone en el mapa y ser (el) MVP de la Serie Mundial es algo súper especial porque significa que hiciste algo muy especial para ganar ese campeonato”, recuerda Ortiz.
Y agregó que esa corona del 2013 tuvo un valor agregado tanto para él como para la ciudad, luego de que en mayo se produjeran los ataques terroristas en el maratón de Boston que dejaron decenas de heridos y muertos.
“Ese año fue catastrófico en Boston con lo del maratón”, comentó.
Y Ortiz supo precisamente qué hacer, qué decir y cómo responder tanto con el madero como con la voz en cada uno de esos momentos, que para él, como bien dijo, son sumamente especiales y que mantiene en su mente.

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