Entendemos que una persona justa es aquella que actúa con justicia e imparcialidad dando o reconociendo a los demás lo que corresponda correctamente, mientras que una situación considerada como justa podría ser aquella en la que las partes involucradas reciben unas condiciones apropiadas de acuerdo a sus peculiaridades o actuaciones.
En la mayoría de los casos conocidos, vemos que las personas justas tienden a ser solidarias como si una cosa fuera adherida a la otra y es que realmente son dos valores complementarios. Justicia significa básicamente equidad y libertad, pero de igual forma practicar la justicia nos lleva a reflejar capacidad de tolerancia, ya que se reconoce la dignidad primordial de cualquier vida humana.
Existen muchas historias interesantes como es el caso de José de Egipto un personaje bíblico que pasa de un ambiente acogedor familiar siendo el hijo más amado por su padre pero que posteriormente debido a la envidia de sus hermanos es vendido a la esclavitud donde este pasa por muchísimas represiones, calamidades, humillaciones, sin embargo es mayor su capacidad de amar y mantener los valores de justicia y solidaridad que siendo esclavo se gana el respeto y admiración del Faraón, además de su don de interpretación de sueños. José llegó a ser el Gobernador de Egipto siendo esta la segunda posición más importante del Imperio estando solo por debajo del Faraón a un puesto de la jerarquía. Aun teniendo la potestad de mandar a buscar a sus hermanos y vengarse, nunca dedicó tiempo en su mente para tales acciones, la vida misma se encargó de llevarle a sus hermanos frente a frente y aun así los perdona, les da de comer, los cobija y los cuida.
Cuando hablamos de justicia accionamos con solidaridad que realmente se amarra de una fuerza universal que es el amor. Ojalá que cada uno de nosotros en nuestro caminar ya sea en nuestro hogar, nuestro trabajo, nuestros grupos sociales seamos más justos con los demás y no perdamos la visión de la esencia de la vida, “Amar”.