Ser madre e intelectual

Ser madre e intelectual

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En las páginas de mi primera antología de poemas escritos por dominicanas “Sin otro profeta que su canto”, se encuentra una dedicatoria a mi abuela porque me había dado “raíces y alas” y el poema de mi madre “Solo mujer” porque entendía que de alguna manera esa era también otra expresión de lo que muchas mujeres sentían significaba ser dominicana y mujer. A esos cantos de los moradores, le siguen estos ecos del 1965: “Al luchar… que empezó la revolución…”
Margarita Cordero, en su Mujeres de abril, señala que las mujeres que hicieron ese abril “de distintas procedencias, clases sociales y creencias políticas… desde los estratos sociales más bajos, sin escolaridad, sin partido político; salidas de la cárcel, de un burdel o de una casa de familia clase media tildadas de chopas y cortesanas” ( Dorrejo, 1) se tiraron a la calle para defender a sus hijos, defender los derechos públicos y rechazar la invasión norteamericana.
Otra forma de ser mujer, madre y activista, otra forma de ser cómo diría la poeta centroamericana salvadoreña-americana Alexandra Lytton Regalado en los versos a su madre en la colección Matria, donde crea paralelismo entre el viaje largo, bajo un sol ardiente de la madre salvadoreña camino a la frontera con los que ahora acompañan sus pasos al salir de la iglesia y con la salvadoreña que es su hija hoy. Dice:

Oh, mujer salvadoreña la que es/soy yo,
y no es/soy yo; viajamos
bajo el manto de lo blanco. (p. 83,trad. DCDF)

Bajo ese manto de lo blanco, ese manto que cubre las vidas de madres ordinarias que se enfrentan con generosidad a circunstancias poco ordinarias, las hijas y las madres son una.
Las cajitas se multiplican y mi camino hacia delante, reconciliando el pasado, se nutre y cobra energía con los estudios e investigaciones literarias y con mis obligaciones de madre de tres hijos, de compañera de un hombre bueno y generoso y como hija y nieta. ¿Hasta qué punto consigo entender que la cajita que llevará mi legado del futuro debe ser armónica, auténtica y generosa?
En sus múltiples acercamientos a quienes somos nosotras las dominicanas, Chiqui Vicioso nos enseña desde su primer poemario Viaje desde el agua, que estamos conectadas a una historia que no se nos enseña en la escuela; que somos hermanas de las haitianas porque compartimos con ellas una isla, pero también una historia de cuerpos y tierras colonizados. Es una constante el querer recobrar quiénes somos y con ella y sus escritos me comprometí yo también en una serie de investigaciones y de publicaciones sobre escritoras dominicanas. Señalo una de las estrofas que cristalizan esa búsqueda y ese encuentro con nuestra identidad racial en la poesía de Chiqui:

Entonces la identidad era palmeras
Mar, arquitectura
Tambores, Yemayá y Oyún
Y la temporaria paz del agua.
……..
Y un extraño ulular traía el viento. (En Un extraño ulular)
Somos mulatas y mucho más. Y si pensamos en otras expresiones de esa hibridez también cultural y lingüística, las palabras de Aurora Levins-Morales en su “Hija de las Américas”, amplían la conversación:

Soy nueva. La historia me creó. Mi primer idioma es el Spanglish
Nací en la encrucijada
y soy íntegra. (Tr. DCDF, Stavans, 903)

Aurora y Chiqui enriquecen la conversación sobre lo que significa ser hija de las Américas. En la República Dominicana, Chiqui Vicioso es la hija de otra poeta (Aida Cartagena) que no parió hijas biológicas sino muchas espirituales. En otras ocasiones he señalado que el reconocimiento de la importancia de la raza es uno de los elementos vitales de la obra de Aida Cartagena Portalatín. En sus poemas, por primera vez en la poesía dominicana, un/a poeta desnuda de eufemismos se enfrenta a su identidad racial:
MI MADRE FUE UNA DE LAS GRANDES MADRES DEL MUNDO
de su vientre nacieron siete hijos
que serían en Dallas, Memphis o Birmingham un
problema racial
(Ni blancos ni negros)

“Elegía segunda” en La tierra escrita, p. 14.

Somos también hijas de las diosas de la Yuca Taínas, de la Virgen de la Altagracia, la indígena virgen católica nuestra y de las Yemayá y Ochún de nuestras raíces africanas que Chiqui ayuda a rescatar.
Converso con los escritos de tantas personas queridas en mi proceso de adquirir las alas que me permitirían escapar de las jaulitas, cajitas en las que se nos había asignado función principal. ¿Cómo resuelve Rhina Espaillat?, ¿Doña Aida Cartagena Portalatín? ¿Chiqui Vicioso? ¿Cómo resuelve Sonia Rivera Valdés? ¿Cómo resuelve Daisy Cocco de Filippis? Y tantas otras, el dilema que se nos presenta cuando las opciones parecen limitadas, y las cajitas se multiplican?
En un inteligente artículo “El fruto de tu vientre: maternidad y literatura”, Grace Morales afirma, comentando la obra y vida de escritoras actuales, que “por primera vez, las autoras no sólo indican que van a defender su derecho a ser personas imperfectas frente a las exigencias de autoridades masculinas, políticas y comerciales”. (p.6) Hay gran libertad cuando llegamos a entender que tenemos derecho a ser madres biológicas y madres de nuestro trabajo intelectual y artístico. Ganamos gran libertad también con la Profesora Yolanda Martínez, cuando reconocemos que “Motherhood and the act of Mothering are not exclusive to biological mothers nor simply determined by gender”. (p. 196) [“La maternidad y el acto de ser madre no le pertenece exclusivamente a las madres biológicas o es simplemente determinado por el género” trad. DCDF]
Y así es. Aunque ya se cae de su peso decirlo, repito que hay tantas formas de crear familia y de ser escritora, académica y mamá.

Bibliografía
Cartagena Portalatín, Aida. Una mujer está sola. Santo Domingo: “La isla necesaria”, 1955.
–. La tierra escrita. Santo Domingo: Baluarte, 1967.
Cocco De Filippis, Daisy, selección y prólogo. Sin otro profeta que su canto. Santo Domingo: Taller, 1988.
De Filippis, Alexa Madeline. “I am from…” unpublished poem, Waterbury, Connecticut, 2014.
Herrero Gil, María, “Maternidad y literatura (1)introducción”. Rinconete, 27 de junio de 2014, CentroVirtual Cervantes.
Kang, Nancy and Torres-Saillant, Silvio. The Once and Future Muse, the Poetry and Poetics of Rhina P. Espaillat. Pittsburg: Pittsburg University Press, 2018.
Levins-Morales, Aurora. “Child of the Americas” in Getting Home Alive, enThe Norton Anthology of Latino Literature, Ilan Stavans, General Editor. New York: W.W. Norton, 2011.
Lytton, Regalado, Alexandra. Matria.U.S.: Black Lawrence Press, 2017
Martínez, Yolanda. “Contesting the Meaning of Latina/Chicana Motherhood: Familism, CollectivistOrientation and Non-Exclusive Mothering in Cristina García’s Dreaming in Cuban, in Latina/ChicanaMothering, Edited by Darsia Smith Silver.Toronto: Demeter, 2011.
Morales, Grace. “El fruto de tu vientre: maternidad y literatura” envientre: maternidad y literatura” en Jot-Down, contemporary culture magazine, https: Jotdown.ed./2017/06.
Moya de Vásquez, Trina. “Letras del Himno a las Madres” en www.confedevida/letras-del-himno-a- las- madres-dominicanas.
Rich, Adrienne. Of Woman Born, Motherhood as Experience and Institution. New York: W.W. Norton, 1995.
Rubio, Irene G. “Literatura y maternidad: más allá del relato color rosa” en https://saltamos. net//literatura-maternidad/Suarez-Coalla, Paquita y Rivera-Valdés, Sonia, compiladoras. Literatura con acento. New York: Editorial Campana, 2014.
–. Literatura escrita en español en Nueva York. New York: Editorial Campana, 2014.
Vicioso, Sherezada (Chiqui). Viaje desde el agua. Santo Domingo: Visuarte, 1981.
–. Un extraño ulular traía el viento. Santo Domingo: Alfa y Omega, 1985.

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