Ser migrante: un derecho humano

<P><STRONG>Ser migrante: un derecho humano</STRONG></P>

Los seres humanos desde la prehistoria, motivados por el instinto de sobrevivencia, se han diseminado por distintos puntos geográficos. En todos los casos, para garantizar mejores condiciones de vida.

Pasado los años, ya para 1990 la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) adoptó la Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares, mediante la resolución 45-158.

Más tarde, ya para el año 2000 la ONU atendiendo al incremento en el flujo migratorio de los pueblos, declaró el 18 de diciembre como el Día Internacional del Migrante a través de la resolución 55-93.

Según el diálogo realizado en 2006 acerca del fenómeno migratorio, los países miembros del organismo internacional confirmaron nueva vez que la migración “es un fenómeno en aumento que contribuye de forma positiva al desarrollo de los países, en particular cuando se implementan políticas adecuadas.

¿Por qué migran las personas? En casi la totalidad de los casos las personas migran en la búsqueda de mejorar su situación económica, lo que les puede garantizar mejores condiciones de vida.

¿Qué dicen los Derechos Humanos? Los derechos de los migrantes son los mismos que tienen los ciudadanos nacionales del país donde se encuentren. Para estas personas  no se crean nuevos derechos, sino que se les brindan las prerrogativas que ofrece la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

En favor del migrante. Prevenir condiciones de vida y de trabajo inhumanas, abuso físico y sexual y trato degradante, garantizarles acceso a la información sobre sus derechos, permitirles la participación en sindicatos laborales, así como asegurar que puedan transferir sus ingresos a su país de origen son algunas de los beneficios que deben recibir los migrantes, sin importar el país en que se instalen.

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