Ser olvidadizo

Ser olvidadizo

Este es un problema muy común, ya que la mayoría de las personas experimentan momentos ocasionales de pérdida de la memoria, y no siempre puede achacarse a la edad. En realidad las causas son muchas, y aunque pocas veces indican problemas serios, sí pueden interferir con las actividades normales de la vida diaria.

Para esto es preciso aclarar que “Andar distraído” parece estar directamente relacionado con la estructura del cerebro. Concretamente, con una mayor cantidad de materia gris en una zona determinada del cerebro que hace posible el que nos concentremos o que nos enfoquemos en una tarea específica. Lo interesante es que una mayor cantidad de materia gris no resulta en un mayor grado de concentración, sino al revés.

Razón por la cual, los olvidos temporales son más comunes en las personas que son naturalmente distraídas. Si eres una de ellas, el remedio es simplemente tratar de poner más atención en lo que haces. Pero la distracción o la falta de atención son una cosa, y la pérdida de la habilidad cognitiva, entre ellas la memoria, es otra.

Muchas personas, principalmente las de edad avanzada, se preocupan cuando comienzan a olvidarse las cosas, y llegan a pensar que ésta es la primera señal de Alzheimer. Pero no siempre es así.

A pesar de que ser olvidadizo o tardarse en recordar ciertas cosas es, por lo general, un proceso normal del envejecimiento, existe evidencia que sugiere que ésta está ahora afectando a personas cada vez más jóvenes como resultado de múltiples ocupaciones en el hogar o el trabajo y por el exceso de información proveniente de los disímiles medios de comunicación, lo cual los científicos han bautizado como “síndrome de la vida ocupada”.

En realidad los olvidos ocasionales no tienen que ser gran motivo de preocupación. Pero si notas que se repiten más de la cuenta o que interfieren con tus actividades diarias, es conveniente que se acuda al médico para una evaluación, recuerda que mientras antes se detecte y se trate, más posibilidades hay de encontrar una solución.

Se debe entender que el primer paso para no olvidar es prestar suma atención desde nuestros sentidos. Los demás pasos dependen del tipo de información, para qué se necesita, cómo debe usarse y cuándo debe recuperarse.

En esta época con toda la tecnología, tal parece que cada vez dependemos menos de la memoria para las cosas cotidianas y se nos olvida lo importante que es ejercitarla. No sólo es importante para tener la información básica en nuestro propio “disco duro”, sino para retrasar la pérdida de la memoria.

Si siempre haces lo mismo de la misma manera, tu mente se acostumbra a una rutina y no se crean nuevas conexiones entre las células del cerebro. Por eso, es importante retarlo, sacarlo de sus esquemas y plantearle nuevas tareas.

 

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