Ser una “supermujer” ¿es ventaja?

Ser una “supermujer” ¿es ventaja?

¡Ring, ring, ring!!! Son las 6:00  de la mañana y  Marie (una supermujer de hoy) ya   se tiene que  levantar, a pesar de que es   mucho más  temprano de lo que su necesidad de descanso exige. Antes de ir a su trabajo, debe realizar una jornada completa: ha despertado a los niños y los ha preparado para el colegio, ha hecho el desayuno, ha recogido la casa, se ha asegurado que su marido salga bien vestido y todo eso en una hora sin parar, a contrarreloj.

En el trabajo, tiene que rendir tanto o más que el mejor; de vuelta al hogar se debe preocupar de los niños, la ropa, las compras y la cena…. Llega a casa reventada, sabiendo lo que le espera: tiene que ocuparse de todo y todos, sin ni un solo momento para ella.

Es entre las diez y las once de la noche cuando por fin  tiene un momentito para ella, respira hondo y se da un baño, se atavía con  cualquier pijama y se pone alguna crema para tratar de disimular sus añitos.

Cuando  cree que por fin va a descansar escucha  una voz grave  que dice ¡mi amor! ¿Te falta mucho? ¡Ven a dormir! es entonces cuando le aparece aquel tradicional “dolor de cabeza femenino”, al llegar a la cama encuentra la persona que encarna aquella voz  de espaldas a ella…

Es justo en ese instante  cuando todo el trajín del día le viene a la mente y provoca que brote de sus ojos  una tibia llovizna y recorra  sus mejillas.

Entonces Marie se hace la pregunta que miles de  mujeres en el mundo se están haciendo ¿Debo seguir siendo una “supermujer”? ¿Qué soy, una súper mujer o más bien una súper esclava?

En ocasión del Día Internacional de la Mujer, que es mañana 8 de marzo, ¡Vivir!  quiere encontrar junto a sus lectoras las respuestas que necesitas.

¿Debo seguir siendo una “supermujer”? Según explica la doctora Ana Simó terapeuta familiar y de pareja, sexóloga y directora del Centro Vida y Familia: “Las mujeres tenemos la capacidad de ser ‘todólogas’, pues desde nuestra crianza se nos enseña a lidiar con múltiples cosas además de que físicamente tenemos la capacidad de tener varios pensamientos a la vez y poder resolverlos todos”.

La doctora Simó aconseja que la mujer “priorice y entienda que lo más importante es que ella esté bien y que de allí partimos a lo demás”.

Investigación.  Según explica un informe realizado por el Departamento de Psicológica de la Universidad Autónoma de Madrid, el 15% de las mujeres que comparten todos los roles. (o sea, de las súpermujeres) llega a padecer trastornos de depresión.

En este sentido, la doctora Ana Simó entiende que “más que depresión, es un desgaste emocional por las diferentes cargas que la mujer puede tener, como la permisividad, el no poner límites, eso la lleva a desgastarse y simplemente vivir el día a día, pero sin un motivo personal”.

Una vez identificado todo, tiene  que aprender nuevas pautas de pensamiento y, sobre todo, de comportamiento, a relativizar, no se  permita sentirse  culpable por los fracasos y empiece a tener más compasión consigo misma.

¿Es malo ser una supermujer?

La especialista Ana  Simó

“Sí, porque estás queriendo complacer a todos los demás y te estás olvidando de la parte más importante, que es tu persona. La pasión no se crea porque la mujer esté siempre dispuesta, es un error de ella  pensar así. La pasión se crea cuando ambos trabajan en eso, no es la mujer nada más quien debe ocuparse de esas cosas, el hombre podrá estar sediento de pasión, pero necesita hacer que su pareja  también quiera”.

Las claves

1.  Aprenda a delegar

Si durante años te has ocupado de todos y ya tus hijos son adolescentes, enséñales a que se preparen su propio desayuno y el de toda la casa.

2.  Divida las  responsabilidades

El repartirse las obligaciones,  tales como  llevar a los niños de un lugar a otro, le ayudará a sentirse mejor y no terminar sin energías cada noche al irte a dormir.   No permita que las obligaciones le cuesten lágrimas.

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