Todos alguna vez hemos tenido la sensación de que sabíamos que algo iba a pasar, justo antes de que ocurriera. Esto es lo que llamamos corazonadas o presentimientos, los que son considerados como una forma de premonición, a pesar de que no se refiere a grandes acontecimientos, sino a situaciones personales que nos involucran.
Para mayor claridad, los presentimientos son una manifestación de la revelación un poco diferente a lo que es el sueño y la visión, ya que este no es una manifestación sobrenatural que requiere ser captada por la vista, como es el caso del sueño y de la visión, sino que este tipo de revelación, es captado por el intelecto, aquí interviene la mente, la cual procesa o codifica la información que está recibiendo en el interior de la persona, y que lógicamente desconoce porque no tiene bases para probar lo que siente, pero algo en su interior le dice que está en lo correcto.
El ser humano puede captar un objeto, momento o situación en tres diferentes niveles, sensible, conceptual y holístico. El conocimiento sensible consiste en captar un objeto por medio de los sentidos; tal es el caso de las imágenes captadas por medio de la vista. En segundo lugar, tenemos el conocimiento conceptual, que consiste en representaciones invisibles, inmateriales, pero universales y esenciales. En tercer lugar tenemos el conocimiento holístico (también llamado intuitivo, con el riesgo de muchas confusiones, dado que la palabra intuición se ha utilizado hasta para hablar de premoniciones y corazonadas).
En la cultura popular se habla mucho de los presentimientos. Se dice, por ejemplo, que el corazón de una madre nunca se equivoca, y esta afirmación hace referencia a que, aparentemente, las madres somos capaces de detectar lo que le conviene o no a nuestros hijos.
Esta manera de concebir un hecho antes de que suceda, es una característica muy importante y necesaria en el ser humano, sin embargo, las personas que pueden experimentarlas son muy pocas.
La clave de todo esto no está en ninguna fuerza mágica, sino que se encuentra en el inconsciente. Los investigadores del tema han indicado que el inconsciente tiene una información y unos conocimientos mucho más amplios y profundos que los del consciente. Algunas mediciones fisiológicas indicaron que el organismo responde antes de que el estímulo se haga consciente.
Aunque no podemos dar crédito a todas las sensaciones y a todos los pensamientos que nos invaden, muchas veces estos son tan intensos que no somos capaces de hacer oídos sordos. Llamémoslo sexto sentido, intuición o pálpito, bienvenidas sean aquellas sensaciones que nos ayudan o bien a protegernos o bien a disfrutar del momento. Me parece que lo mejor para eso es que oremos al Señor cuando tengamos uno, más aún cuando se trate de una persona.
Presentir algo, está determinado, por una capacidad innata en una persona, que tal vez desconoce algo, pero lo puede comprender de una manera sobrenatural, y es por ello, que no puede explicarlo, aunque si puede entenderlo.