¿Será  verdad que somos un país pobre?

¿Será  verdad que somos un país pobre?

JOSÉ ANTONIO MARTÍNEZ ROJAS
Bi2jh2o@tricom.net
Hace mucho tiempo que venimos escuchando esta manida frase y honestamente creíamos que la misma podría ser verdadera, hasta que sin querer -ya que no es nuestra costumbre- empezamos a leer las páginas sociales, no sólo de los periódicos, sino también de las revistas que semanalmente se publican en los mismos, y nos hemos enterado que nuestro país ha sido privilegiado por la actuación de una multitud de estrellas rutilantes del arte y del espectáculo que periódicamente agotan temporadas en nuestros principales establecimientos de cultura o diversión.

Nos preguntamos, ¿cómo un país cuyo salario mínimo se establece en RD$3,500 se puede dar el lujo de traer uno de los principales ejecutores de música clásica e internacional?  Es el caso de Plácido Domingo, el integrante del famoso desaparecido trío de tenores,  para cuya presentación hay que pagar un mínimo de cuatro mil pesos en donde hay también entradas de VIP que cuestan la astronómica cifra  de RD$20,000.  A nuestro parecer, constituye una bofetada para aquellos sectores que han visto congelado su salario y que hacen malabares para subsistir en un mundo globalizado, cada día más despiadado y monetizado.

Otro solista, del cual se afirma que es el que más discos ha vendido en la historia de América Latina, el brasileño Roberto Carlos también vino para agotar una corta temporada en Santo Domingo, y nos imaginamos que asistir a su espectáculo habrá costado entre tres y cuatro cifras de los devaluados, sucios, apestosos pero apetecidos pesos dominicanos.  Por supuesto, siempre hay algún subterfugio para que un astro de esa magnitud asista a presentarse en un escenario de un país “paupérrimo” como el nuestro.  Se destinará una parte de lo recolectado por concepto de taquilla a una institución que asiste a personas de escasos recursos.

Debemos reiterar que no conocemos la mayor  parte de estos artistas que enunciamos, pero pudimos contar con la asistencia de nuestra hija Astrid, que nos señaló la popularidad de cada artista o conjunto musical.  Ella, por supuesto, asistió para ver algunos de ellos; tales fueron los casos de Shakira, Ricky Martin, Enrique Iglesias, RBD, Chayanne, Miguel Bosé, Juan Luis Guerra y Aventura.  Ahora se apresta para presenciar a Camila y Maná.

Los artistas y conjuntos que nos visitan tienen un variopinto universo de fanáticos.  Los hay que presenciaron a ejecutantes románticos, como la Sophy, Ricardo Montaner, Fito Páez, Luis Fonsi y el que se anunciaba pero que desgraciadamente falleció la semana pasada, Pekos Canvas.  Para los “viejebos” y merengueros, El Gran Combo, Elvis Crespo,  Zona O’ tambor y Alberto Cortez.  Salseros modernos como Víctor Manuelle, Gilberto Santa Rosa y Calle 13.  Roqueros, raperos y otros desaforados: Don Omar, Wisin & Yandel, Snap, Rozalla y no conocemos en cuál género podemos encasillar a Belinda, Reik y Miranda. 

Vino dos veces un especialista del monólogo y la mímica, el mejicano Adal Ramones.

  Para terminar debemos resaltar dos exhibiciones verdaderamente espectaculares: el Ballet de Georgia y Disney on Ice.                                

Con esta constelación de presentaciones de estrellas internacionales, surge de nuevo la pregunta ¿somos un país pobre?  Sí… pero con ínfulas de rico.

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