¿Seremos impuntuales?

¿Seremos impuntuales?

Hay dos tipos de personas: los que esperan y los que se retrasan… Pero la realidad es que si bien llegar tarde está visto como una falta de respeto y de responsabilidad, en muchos países -como el nuestro- la tardanza también puede ser una costumbre o un rasgo cultural, a pesar de que se pueda tener conciencia de que no es lo correcto.

Pero resulta, que la impuntualidad se da especialmente en cierto tipo de personalidades como las llamadas personas lógicas, que pueden desarrollar patologías de tipo neurosis obsesivas.

Son personas prolijas, ordenadas, y ceremoniosas. En general, tienen rasgos opuestos a la impuntualidad, pero, como conducta reactiva, pueden ser dramáticamente impuntuales.
Ser un impuntual crónico podría provocar, en ciertos casos, sufrimiento no sólo a la persona que espera sino también a la que padece ese trastorno, puesto que hay algunos casos que anhelan poder superarlo pero, por razones neuróticas, no lo logran.

Podría haber una causa fisiológica para gran parte de los casos, porque las alteraciones del lóbulo frontal del cerebro -donde radica la función de planificación de los actos- desorganizan las acciones y vuelven impuntual al sujeto.

Pero entre todos los rasgos que llevan a una persona a ser impuntual, hay uno que se destaca entre otros, es llamado «Falacia de planificación». Ésta describe la tendencia de algunas personas a percibir el tiempo que emplean en determinadas tareas más breves de lo que en realidad es, por lo que piensan que esas tareas les llevarán mucho menos tiempo del que realmente les ocupan.

Diversos científicos proponen varias estrategias que han sido probadas. Las más eficaces intentan predecir el tiempo que toma realizar una tarea basada en experiencias previas; también puede ser dividir la tarea en diferentes pasos para organizarse y gestionar mejor el tiempo.

Hay hábitos propios de las personas puntuales que son importantes conocer, porque ayudan a mantener esta sana costumbre y a gestionar correctamente sus tiempos, los señalados según expertos indican que:

  1. Son realistas
    No desestiman el tiempo a disposición y tienen una percepción realista del tiempo, calculan cada tarea y organizan sus jornadas para asegurarse de llegar a tiempo a los compromisos que establecen.
  2. Se preparan para retrasos inesperados

Para ser puntual es importante planificar el tiempo tomando en cuenta la posibilidad de un problema, como los atascos de tráfico, una llamada inesperada o encuentro con alguien por la calle. Como dice la ley de Murphy, “si algo puede salir mal, saldrá mal”. Sin embargo, con el margen de tiempo lo malo no necesariamente tiene que traducirse en impuntualidad.

  1. El tiempo vacío no los incomoda

Un problema que padecen muchas personas es no saber cómo lidiar con el tiempo vacío cuando arriban antes de lo previsto a su trabajo o a una cita, y les molesta ser los primeros en llegar. Sin embargo, las personas puntuales aprovechan esos minutos extra para relajarse, prepararse para el compromiso, leer un libro o revisar su correo.

  1. Planifican todo

No puedes ser desorganizado y ser puntual. Las personas puntuales suelen ser puntillosos con sus calendarios, organizar sus días, la agenda de trabajo, etc. Esto no implica que sean rutinarios, sino que les gusta programar y cumplir con sus actividades y tienen en las cosas/ lugar (billetera, llaves de la casa y el coche…), ahorrando tiempo a la hora de salir, otro hábito que contribuye a su puntualidad.

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