LONDRES. Serena Williams se vio en desventaja temprano en la jornada inaugural de Wimbledon, luego se tropezó feamente y cayó sobre el césped y hasta le dieron una advertencia por lenguaje soez.
Abajo 3-1 ante una rival que debió superar la fase previa, la número uno del mundo no iba a tolerar que siguiera el patrón de ceder el primer set como lo hizo cuatro veces en la marcha que le llevó a la conquista del Abierto de Francia hace tres semanas. “Ella salió embalada.
Yo estaba como diciéndome, `Dios mío, si no me ponga las pilas, voy a estar abajo por un set’. Y estoy harta de arrancar abajo por un set”, declaró Williams. Fue así que las cinco veces campeona del Grand Slam inglés entró en ritmo y arrasó con 11 de los siguientes 13 games para vencer el lunes 6-4, 6-1 a la rusa Margarita Gasparyan, la número 113 del mundo, para estirar a 22 su racha de victorias en las principales citas del tenis.