Sergio Sarita Valdez – Nochebuena de colores

Sergio Sarita Valdez – Nochebuena de colores

Una humilde y sana familia a quien nos unen lazos fraternales tuvo el noble gesto de hacernos llegar un ejemplar del Diario Bíblico, una verdadera joya de contenido espiritual. La acompañaron de una dulce notita que decía: «Dr. Sarita, con mucho cariño para usted que supo ser para nosotros un padre en los días difíciles de nuestras vidas. Le queremos y recordamos siempre».

Por lo apropiado de la fecha, deseamos extraer un fragmento literario de dicha agenda, a fin de compartirla con ustedes. Reza así: «Hemos llegado a la hora cero, la noche santa, la NOCHEBUENA. ¡Qué nombre tan bello se le ha puesto en nuestro idioma! Noche en la que todos nos hacemos niños, y dejamos que hable el corazón, que se haga villancico, luz, ternura, amor familiar, bondad e ingenuidad. Noche en la que sale afuera el niño que somos por dentro, y hablan el Niño del pesebre, la mula y el buey, los ángeles y los pastores. Narraciones simbólicas que revelan lo más hondo de nosotros mismos y del sentido de nuestra existencia».

Hace cerca de medio siglo que desde la encantadora ciudad de La Habana el siempre recordado profesor Juan Bosch escribiera su Cuento de Navidad. Transcribimos hermosos pasajes de tan conmovedora y educativa pieza literaria: Ese mismo año, cuando en todas partes se celebraba la Navidad y en los templos se oían los cánticos de Nochebuena, el Señor Dios oyó un llanto. Era el llanto de un niño; subía desde la tierra y sonaba en el silencio de los cielos en forma desgarradora. «Ese niño sufre», pensó el Señor Dios lleno de amargura. Recordó el en su Hijo moría en la cruz, sintió que el corazón se le llenaba de dolor; miró hacia abajo, y he aquí lo que vio: …El niño que lloraba era de México; no tenía madre y vivía con su abuela y su padre en una choza de barro, cerca de la frontera. Era una criatura de pelo negro, de negros ojos, de linda piel quemada y de blancos dientes. Lloraba porque no tenía juguetes con que celebrar la Navidad de Jesús. ¿Cómo y por qué era posible que un niño sufriera por falta de juguetes en un mundo de gentes que habían destruido en la guerra cientos de ciudades y millones de vidas? ¿Cómo podía explicarse que los hombres fabricaran cañones y bombas en vez de juguetes para los niños? ¿Por qué sufría él; qué le impedía ser feliz esa noche, a él, pequeño retoño de vida, ignorante de las maldades humanas? El Señor Dios no podía comprenderlo y se sentía abrumado por aquel llanto (fin de la cita).

Sabemos que el pueblo dominicano pasa por momentos extremadamente críticos, debido a lo elevado en el precio de los productos de consumo diario, así como el de todos los servicios. Existe una gran incertidumbre y mucho pesar. Hay hogares reprimidos y asustados; ellos sienten desesperanza y temor. Nada mejor para fortalecer el alma de esas humildes personas que leerle las palabras del evangelio según Mateo 10, 17-22. Dichos versículos expresan: «Pero tengan cuidado con la gente, porque les llevarán a los tribunales, les azotarán en sus sinagogas y les conducirán ante gobernadores y reyes por mi causa, como prueba contra ellos y contra paganos. Cuando les entreguen no se preocupen por lo que van a decir o por cómo lo dirán; pues lo que tienen que decir se les inspirará en aquel momento; porque, más que hablar ustedes, será el Espíritu de su Padre, quien hable por medio de ustedes. Un hermano entregará a su hermano a la muerte, y un padre a su hijo; se levantarán en el juicio hijos contra padres y los harán morir, y serán odiados de todos, por razón de mi persona; pero aquel que resista hasta el final, ése se salvará».

La población sufre incontables sinsabores y a menudo tiende a desesperarse. Sin embargo, tenemos que recordar que la desesperación es siempre una mala consejera. Debemos resistir hasta el final como manda la Biblia; ese capítulo final se cerrará el 16 de mayo de 2004, fecha en la cual, haciendo uso del legítimo derecho que dan las leyes del sistema democrático, elegiremos un nuevo gobernante. La Nochebuena del próximo año tendrá colores distintos y alegres, ya que regresarán la confianza, la paz y el amor entre todos y todas las dominicanas de buena voluntad.

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