El Centro de Investigación Económica de las Antillas (Cenantillas) advirtió que sería un grave error de política económica el hacer una reforma tributaria para financiar el déficit cuasi fiscal del Banco Central.

En su última carta económica, Cenantillas consideró que esto implicaría un aumento de la presión tributaria por encima del 4% del producto interno bruto (PIB).

«Un esfuerzo fiscal de esa magnitud profundizaría la etapa recesiva de la economía dominicana y alejaría las posibilidades de una recuperación en el mediano plazo», expresó.

Explicó que en el presente ejercicio fiscal del gobierno central se espera que al final del 2004 el gobierno central genere un super vit de aproximadamente 0.2% del PIB, lo cual pone de relieve que el déficit del sector público consolidado, b sicamente, se origina en las operaciones del Banco Central.

«De ahí que no tenga sentido establecer mayores gravámenes sobre las empresas y los consumidores con el solo propósito de financiar los intereses que el Banco Central debe pagar por concepto de los certificados de participación que ha emitido como resultado del rescate bancario del 2003», agregó.

Para Cenantillas, la solución al déficit fiscal del Banco Central debe buscarse en el marco de una recomposición de los activos netos del sector público.

«La intervención del Banco Central en la crisis parcial que sufrió el sistema bancario en el 2003, tuvo un impacto negativo en el nivel de la deuda pública, y no tiene lógica buscar una solución tributaria al problema generado por esa intervención», explicó.

Indicó que recomponer los activos netos significa que el Estado debe desprenderse de un volumen de activos públicos equivalentes al monto del rescate bancario.

Señaló que entre esos activos se encuentran, además de los activos de los bancos intervenidos, las acciones del gobierno en el sector energético y la propiedad de inmuebles.

Sosutvo que la reforma fiscal debe concentrarse en la configuración de un sistema tributario que obstaculice lo menos posible el rol de la iniciativa privada en la economía dominicana.

«Para ello se requiere que esa reforma imprima al sistema impositivo una mayor neutralidad en cuanto a su impacto sobre la asignación de recursos», consideró.

Afirmó que el elemento central de la reforma debe ser la neutralidad recaudatoria, en el sentido de que la reforma

no se debe utilizar para incrementarla presión tributaria.

«En un ambiente de mayor crecimiento económico, la presente estructura tributaria fue capaz de llevar la presión tributaria a casi un 17% del PIB. Si esa presión se ha reducido a cerca del 16% obedece, en parte, a la desaceleración de nuestra economía, y se podría esperar que dicha presión retorne a los niveles previos una vez la economía inicie su recuperación», explicó.