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SAN ANTONIO (AP).- La serie por el campeonato de la NBA tendrá como protagonistas a dos equipos que no necesariamente impresionan por su forma de jugar. Para el público latinoamericano, habrá un interés especial. La serie enfrentará al argentino Manu Ginóbili, de San Antonio, y al puertorriqueño Carlos Arroyo, de los Pistons.
Ginóbili llega a la serie en el mejor momento de su carrera, tras conquistar la medalla de oro en Atenas y luego de una temporada en la que ha sido una pieza fundamental de los Spurs.
Pero ni los Pistons de Detroit ni los Spurs de San Antonio son tan espectaculares en la cancha. Con todo, ambos equipos representarán un deleite para los tradicionalistas del basquetbol.
Los Pistons son los defensores del título. Los Spurs se coronaron un año atrás.
El único superastro en la serie, Tim Duncan, parece aburrido, pero en realidad es muy carismático. Los técnicos, Larry Brown de Detroit y Gregg Popovich de San Antonio, son tan buenos amigos que el segundo fue padrino de bodas del primero.
Los dos equipos han hecho de la defensiva y el juego de conjunto sus mejores armas.
Además, ahí estará el extrovertido Rasheed Wallace, de Detroit, con sus declaraciones controvertidas y el cinturón de campeón, semejante al que usan los boxeadores, que se mandó hacer para esta temporada.
«Creo que van a ver otra final grandiosa», dijo Chauncey Billups, de Detroit, después de que los Pistons derrotaron a Miami Heat en el séptimo partido de la final de la Conferencia Este, para ganar el derecho de enfrentar a los Spurs, un equipo que ha tenido mucho más descanso. «Va a ser un desafío. Estoy ansioso».
El primer duelo está previsto para la noche del jueves, y el segundo para el domingo. La serie viajará luego al norte, para los encuentros 3, 4 y 5.
El enfrentamiento luce parejo -quizás se trata del tipo de serie que se prolongará a siete encuentros, algo que no ocurre en la final de la NBA desde 1994.
San Antonio ha tenido oportunidad de descansar desde la noche del miércoles, cuando eliminó a los Suns de Phoenix. El martes, los Spurs pudieron por fin entrenar sabiendo quién será el rival ante el que buscarán su tercer título en siete años.
Ese rival, Detroit, es simplemente temible.
No se puede destacar a una sola figura de los Pistons, ni siquiera al eficiente Ben Wallace. Detroit es un cuadro construido bajo el concepto del juego de conjunto.
Los apostadores consideraron a San Antonio ligeramente favorito para gana la serie, un factor que los Pistons seguramente interpretarán como la señal más reciente de que la gente cuestiona aún su calidad, pese a ser los campeones.
«Ganamos el título el año pasado y la gente todavía no nos daba tantas probabilidades de ganar en la serie» contra Miami, dijo Billups. «Creo que nuestro equilibrio fue la clave para ganar».
Los Spurs están construidos sobre un concepto más tradicional de lo que constituye un equipo campeón. Tienen a una estrella sumamente talentosa en Duncan, pero Ginóbili y el francés Tony Parker han representado toda una contribución a la ofensiva.
Los Spurs demostraron en la final de la Conferencia del Oeste, contra Phoenix, que pueden adaptarse al estilo de sus rivales y sobrevivir. Sin embargo, enfrentarán ahora a un oponente que pone en la defensiva el mismo énfasis que los Suns daban al ataque.
