Seriedad del pacto nacional para la reforma educativa

Seriedad del pacto nacional para la reforma educativa

Los seres humanos han tenido que acudir al mecanismo de los pactos, acuerdos y tratados a través de la historia con el propósito principal de garantizar su convivencia pacífica, el desarrollo integral, entre otros objetivos.

Al hablar de pactos, nuestra mente se remonta a uno de los más antiguo y aunque no fue firmado por las partes, ha sido cumplido a cabalidad por quienes asumieron ese compromiso, me refiero al pacto Abrahámico, mediante el cual Dios se comprometía con el padre de Isaac a bendecir su descendencia y a quienes también la bendijeran.

Las crónicas de nuestros pueblos contienen una serie de pactos que recordarlos nos permiten entender la seriedad de los mismos y su impacto en el devenir histórico. Tal es el caso de algunos acuerdos fronterizos como el de Tordesillas, donde los reinos de España y Portugal acordaron el establecimiento de una línea divisoria a través del Atlántico para distribuirse tierras conquistadas. Podemos señalar el acuerdo de Basilea, mediante el cual se pone fin a la guerra entre España y Francia, en esa negociación esta última asume el dominio de toda la isla de Santo Domingo.

Otros pactos han surgido como mecanismos de protección regional en la postguerra; por ejemplo, el Acuerdo del Atlántico Norte entre EEUU y sus aliados tradicionales y por el otro lado el conocido Acuerdo de Varsovia en el bloque soviético.

En República Dominicana el presidente Danilo Medina ha dado inicio al pacto por la reforma del sector educación, probablemente uno de los más trascendentes de nuestra joven historia y cuya implementación traerá transformaciones profundas a un sector considerado pilar principal del desarrollo.

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