El padre José Alberto Vargas Salazar pidió perdón a Dios por los políticos que pretenden, con intenciones mezquinas, perpetuarse en sus cargos sin importar que sus decisiones se realicen aunque «haya que pisotear» la Constitución de la República Dominicana.

El reverendo Vargas Salazar se expresó de este modo al dar lectura a la Primera Palabra, en el marco del tradicional Sermón de las Siete Palabras, y a propósito de que algunos funcionarios del Gobierno promueven una modificación a la Carta Magna para que Danilo Medina se pueda reelegir por cuatro años más.

Asimismo, Vargas Salazar, con la expresión Jesús que dice: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”, pidió perdón por todos aquellos que ponen los intereses personales de su grupo o partico, por encima del proyecto de nación”.

Citó también aquellas personas que venden sus votos y conciencias, para quienes también pidió perdón, así como para los padres de familia que han delegado la responsabilidad de familia a las escuelas.

La justicia. En tanto que el sacerdote José Pastor Ramírez se refirió al sistema de justicia del país, del cual dijo que tanto los intereses de los partidos como de los políticos la están aplastando. «Los gestores de este propósito, aunque se sientan descubiertos, se ponen nerviosos y aprovechan todos los medios a su alcance para demonizar, maltratar y ridiculizar a quienes lo ponen en evidencia”, refirió Ramírez al dar lectura a la Segunda Palabra.

El sacerdote, responsable del Programa de Formación Conjunta de la Familia Salesiana, respaldó la postura expresada por Francisco Ozoria, Arzobispo de Santo Domingo, de que si el país no despierta y cambia se encamina hacia una dictadura.

“La sintomatología que se verifica, nos está llevando a definir el trastorno: dictadura”, insistió el sacerdote, quien a seguidas lanzó fuertes críticas al sistema de justicia dominicano, indicando que la misma está secuestrada y se regodea así misma impartiendo justicia amañada.

Agregó los responsables de aplicar la justicia se muestran en determinados momentos teatreros, reduciendo su función esencial en encubrir a líderes políticos corruptos.

«La justicia dominicana es una aspiración, una herencia metafórica, la palabra justicia revela la ilusión de una solidaridad verdadera, fundada en lo social”, expresó tras indicar que que quienes dirigen el destino del país ofrecen, muchas veces, una justicia simulada».