Servicios de prioridad nacional no pueden estar expuestos a interrupciones

Servicios de prioridad nacional no pueden estar expuestos a interrupciones

Hay suministros y servicios esenciales que por su naturaleza e implicaciones no pueden verse expuestos a interrupciones o limitaciones, aunque sean esporádicas, sobre todo cuando las autoridades son puestas en conocimiento de problemas que eben ser prevenidos y resueltos a tiempo.

Ignorar complicaciones de este tipo o restarle importancia cuando se producen claras señales y advertencias en nada contribuye a garantizar abastos que están estrechamente conectados con el desarrollo, la economía y la productividad.

La dejadez o inacción ante circunstancias que exigen rápida intervención es un acto de inexcusable irresponsabilidad, que forma parte de una negativa cultura que se observa en diferentes ámbitos de la vida nacional, tanto en el sector público como el privado, y que no ha podido ser superada a pesar del progreso y del avance experimentado en las últimas décadas.

Esta es la situación que ha comenzado a advertirse en días recientes a raíz de denuncias -al parecer hasta ahora no atendidas con la prontitud y efectividad requeridas- según las cuales en la Refinería Dominicana de Petróleo han surgido inconvenientes y dilaciones en el abastecimiento a los camiones que transportan carburantes.

Aunque de una forma un tanto inadvertida, pero que podría agravarse y hacerse más notoria si no se toman medidas, esto comienza a tener ya preocupantes repercusiones por retrasos en el abastecimiento a estaciones distribuidoras, debido al congestionamiento en los despachos en Refidomsa.

La advertencia ha sido dada por firmas que distribuyen combustibles a nivel nacional, ante el temor de que pueda comenzar a registrarse una escasez que afecte un servicio vital para el normal desarrollo de la vida y del aparato productivo.

Aunque las estaciones distribuidoras tienen grandes tanques de almacenamiento, la reposición de despachos tiene que hacerse en base a un cronograma seguido con regularidad para garantizar que no se queden sin combustible en un momento dado.

En la capital cualquier limitación temporal en estos suministros puede ser manejada con menor impacto perjudicial para choferes y conductores, pero en lejanas poblaciones del interior las estaciones expendedoras corren el riesgo de quedar desabastecidas, con el consecuente perjuicio para la transportación de alimentos y productos agropecuarios.

En el pasado estos problemas han tenido consecuencias muy trastornadoras y en esta oportunidad no debería reeditarse aquella penosa tendencia que la sabiduría popular define como la tendencia del dominicano a poner candado después del robo, o sea tomar medidas tras hechos que se pudieron prevenir.

Tal como se ha explicado, el problema para el abastecimiento de camiones-cisterna se debe en parte la falta de espacio en el parqueo de Refidomsa por los trabajos de reparación que se realizan en la empresa, pero llama la atención el hecho de que los inconvenientes tienden a agravarse los fines de semana, cuando los viernes se anuncian aumentos en el precio de los carburantes.

Resulta inexplicable que esta situación no haya sido objeto de una exhaustiva investigación para adoptar los correctivos de lugar, antes de que tengamos un trastorno de envergadura y de complicado manejo.

En los manejos de los delicados asunto de Estado y no hay duda de que los combustibles están en esta esfera, se necesita con carácter impostergable la aplicación de políticas preventivas, porque las reactivas sólo surgen cuando ya se han producido efectos perjudiciales que no pueden ser revertidos.

 

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