La empresa Tecno-Hospital, que suple la plataforma digital que permite el trabajo del Instituto Nacional de Cáncer Rosa Emilia Sánchez Pérez de Tavares (Incart), amenaza con suspender ese servicio si la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (Oisoe) no salda una deuda de RD$107 millones que tiene con esa compañía.
La advertencia la hizo la doctora Catalina González Pons, directora de ese centro, quien explicó que de tomarse esa decisión este quedaría prácticamente fuera de servicio porque todo el sistema de trabajo está digitalizado, desde la emisión de citas, historia clínica de los pacientes, imágenes diagnósticas y sistemas financieros, por citar solo los más importantes.
Al ofrecer la información en el Almuerzo del Grupo de Comunicaciones Corripio, explicó que esa deuda no es del Incart porque ese centro hospitalario fue construido con la modalidad “llave en mano”, bajo la responsabilidad de la Oisoe.
“Tenemos un sistema de información instalado, con un año de uso, en el cual hay 14,000 historias clínicas en formato electrónico, de las cuales 1,800 corresponden a pacientes con cáncer.
“Además, tenemos instalados en interface los sistemas de laboratorio, el área administrativa y financiera, el sistema de imágenes diagnósticas que van directo a las computadoras de los médicos”.
González Pons expresó que tiene la esperanza de que se le pague a la referida empresa, “porque el mismo presidente Danilo Medina, en una visita que hiciera al hospital, nos dijo que se ocuparía personalmente de que esa deuda fuera honrada”.
El temor de la directora del Incart es que ese centro colapse si la empresa suspende el servicio tecnológico, porque todo el sistema de información interna es completamente electrónico.
Aunque los servidores del Incart pueden almacenar la información acumulada, de suspenderse el servicio no podrían seguir trabajando.

González Pons explicó que el Incart no tiene contacto financiero con Tecno-Hospital, pero precisó que se trata de una empresa consolidada que ha contratado a siete compañías internacionales para instalar los sistemas tecnológicos.
“Entre estas, a la CSC, una de las principales empresas tecnológicas de Estados Unidos, y es la que nos ha hecho el software para las historias clínicas electrónicas; pero también está Microsof, que instaló el software administrativo y financiero”, afirmó.
Más presupuesto. El Incart necesita un presupuesto adicional de por lo menos RD$100 millones para ejecutar una serie de proyectos de vital importancia para complementar los servicios que se ofrecen a la población, expresó Ivelisse Aquino, directora financiera.
Esos RD$100 millones se distribuirían, según explicó, de la siguiente manera: para mantenimiento de los equipos tecnológicos, médicos y calderas RD$43,028,494.60; para licencias informáticas, intelectuales e industriales RD$3,000,000; para el proyecto PET-CT RD$22,974,496; para compra de ambulancia y vehículo de trabajo RD$2,570,000; para la puesta en funcionamiento de la red de gases médicos RD$2,694,716; y en otros conceptos no definidos RD$25,732,293.
En sentido general el Incart se maneja con déficits, debido a que la asignación del Gobierno apenas llega a RD$19,230,000 al mes, y solo alcanza para pagar la tercera parte de la nómina, precisó.
Sin embargo, los ingresos por servicios prestados promedian los RD$33 millones al mes, lo que permite que el Incart funcione sin incurrir en deudas. La mayor parte de ese dinero proviene de pacientes asegurados, sobre todo del Senasa.
Sobre el particular González Pons dijo que “una institución como esta tiene un montón de aspectos vinculados a su presupuesto, y ahora mismo están suplidos por los servicios que estamos ofreciendo, nuestros servicios nos permiten mantenernos abiertos prácticamente sin deudas, pero no es suficiente”.