Servidores senadores perdieron  viven zozobra por  empleos

Servidores senadores perdieron  viven zozobra por  empleos

La salida de la representación del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) del Senado (ocho senadores, incluyendo los dos aliados) dejaría en las calles a más de un centenar de empleados que laboran en las oficinas del Congreso y en las provinciales.

Este temor asalta a  la mayoría,  que aguardan en silencio, pero en zozobra y preocupados, la llegada del 16 de agosto, cuando termina el período constitucional.

 Los empleados de los senadores reelectos celebran, alborozados, en sus oficinas, pero los de aquellos que perdieron, como es de suponer, se muestran sumergidos en un mar de preocupaciones por la suerte de sus empleos como medio del sustento de sus familias.

 Es que, como impone la costumbre, los nuevos incumbentes de las curules llegan con sus equipos de trabajo y reclaman los puestos para colocar a sus gentes y, aunque algunos de los servidores de los senadores salientes son, a veces, reubicados, el destino de la mayoría es la pérdida del trabajo a que tienen derecho.

 Incluso, se da el caso en que al inicio  del período  empleados de una oficina senatorial de un partido determinado, son cancelados por los legisladores nuevos de la misma organización política.

Los derrotados del PRD, aunque todavía hay tres senadurías en discusión, son  María Trinidad Sánchez, Dajabón, Ocoa, El Seibo y Azua. Andrés Baustista, de Espaillat, no concurrió a las elecciones, pero el PRD perdió en esa provincia.

Las senadurías aliadas al PRD, que también perdieron, son La Altagracia y Barahona.

También del PLD.  En esta situación embarazosa se encuentran también los empleados de los senadores del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) que no terciaron en las elecciones, como son los  de Santiago, Valverde,  San Juan, Baoruco y San Pedro de Macorís, cuyo representante, el senador Leonel William Cordero, terció por el PRI y fue derrotado.

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Unos 325 cesarían

Con los  ocho senadores perredeístas y aliados que perdieron, así como de cinco del PLD que no terciaron en los comicios, laboran en la sede del Congreso y las oficinas provinciales, unos 325 empleados del Senado, quienes se muestran ansiosos y preocupados por temor a ser sustituidos, como es costumbre, cuando los nuevos incumbentes ocupen sus curules el 16 de agosto.

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