Sesenta años de tenacidad, pasión y amor en el teatro

Sesenta años de tenacidad, pasión y amor en el teatro

showimage

Flor de Bethania Abreu obtuvo su primer papel en la obra “La dama de Alba”. Tiene dos hijos y ha actuado en el cine. Fuente externa.

Desde su primer hálito de vida -quizá exagero un poco- Flor de Bethania Abreu ha vivido por y para el teatro. A este arte la veterana actriz y directora le ha dedicado sesenta años. ¡Toda una vida!,  se podría  decir, a la que se ha entregado con amor, tenacidad y mucha pasión.

Su rostro cambia de expresión y se transforma cuando expresa su sentir sobre el teatro, un quehacer que heredó de su madre, la talentosa actriz Zulema Atala Javier.

A los  14 o 15 años tuvo el placer de trabajar con su madre en la obra “El zoológico de cristal” (su segunda obra), el 13 de abril de 1953. Su memorable actuación le valió el premio a la Mejor Actriz. Este ha sido uno de los tantos logros de su prolífica carrera.  

Con una sonrisa a flor de piel, la destacada actriz relata que a los tres años ya recitaba poemas de casa en casa en su natal San Francisco de Macorís. “Me ponían un vestido de punto de tela de mosquitero que me había hecho mi mamá y la muchacha de servicio me llevaba por el barrio y yo recitaba las poesías de Alfonsina Storni”, asegura esta dominicana cuya vida está llena de anécdotas.

Tras una temporada en Bonao, su familia se traslada a la capital. Ya establecidos, su madre audiciona para pertenecer al Teatro Escuela de Arte Nacional  fundado por Emilio Aparicio, en 1946. “Desde ese momento, yo no me separé del teatro jamás”, enfatiza, mientras su mente vuela y dice con emoción que trabajó en España y Estados Unidos, entre otros países.  

Flor de Bethania sabía que quería ser actriz. Contra viento y marea y enfrentándose a los prejuicios de la época, se  dedicó a ello. Eran tiempos difíciles en los que se estigmatizaba a  las actrices de prostitutas y a los actores de homosexuales. Incluso debió abandonar  sus clases de danza porque un amigo de su hermano  le dijo  que le había visto las piernas. ¡Un escándalo!

Su padre no quería que  se dedicara a esta carrera por la fama que tenían los actores, pero todo cambió cuando le dieron el premio a la Mejor Actriz. “Recuerdo que me mandó un ramo de claveles rojos que olían a canela. Jamás se me va a olvidar ese olor”, afirma   con voz quebrada por la emoción,  mientras las lágrimas ruedan por su mejilla.

Ya repuesta, a Flor de Bethania  le agrada pensar que ha llevado mensaje de disciplina, ética profesional, y de usar el teatro para el bien, es decir, para llevar mensajes positivos y para el buen uso del idioma.

“Tengo bastante ánimo para seguir luchando con el  teatro. Cada vez es más difícil conseguir patrocinio, pero puede más mi amor por el teatro que los problemas que se presentan en el día a día”.

La actriz considera que el teatro ha evolucionado  mucho. Es casi “febril” el movimiento teatral. No obstante, le apena la pobre calidad de los montajes.

“Estamos haciendo teatro basura para atraer al pueblo. Esa no es la misión de un actor, un director o un autor. Necesitamos  mensajes positivos, necesitamos elevar el  nivel cultural de un país como el nuestro que tiene tantas carencias.

Ahora cualquiera dice que es actriz o actor y eso no es verdad”, afirma esta  mujer que en su extensa carrera ha actuado en unas 76 obras y  dirigido a grandes actores, que al igual que ella, cada día aportan al teatro.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas