Seúl firme ante amenaza; soldados EU testifican

Seúl firme ante amenaza; soldados EU testifican

BAGDAD (AFP).- Corea del Sur se mantenía firme este lunes frente a la amenaza de islamistas cercanos a Al Qaida con decapitar a un rehén surcoreano en Irak, donde tres soldados norteamericanos comparecieron ante la justicia militar en el caso de abusos infligidos en la prisión de Abu Ghraib.

En el sur del país, el bombeo de crudo iraquí destinado a la exportación se reanudó tras la reparación de uno de los dos oleoductos destruidos por atentados a principios de la semana pasada.

En Bagdad, la embajada surcoreana se esforzaba en obtener la liberación de Kim Sun-Il, de 33 años, que sus secuestradores amenazaron con decapitar si Seúl no retira sus tropas de Irak, en un mensaje vídeo difundido el domingo por el canal qatarí Al Jazira.

Pese a esas amenazas, Corea del Sur continúa firme en su compromiso de desplegar a partir del mes de agosto 3.000 soldados adicionales en Irak, donde ya tiene 600 hombres, lo que la convertirá en la tercera fuerza de la coalición en Irak, por detrás de Estados Unidos y Gran Bretaña.

«La decisión de mi gobierno de enviar tropas con el objetivo de ayudar al pueblo iraquí a reconstruir su economía no se modificó», aseguró el ministro surcoreano de Relaciones Exteriores, Ban Ki-Moon.

El Comité de los Ulemas Musulmanes pidió la liberación de todos los rehenes en Irak. «Imploramos a todos los que mantienen rehenes a que les liberen inmediatamente (…), salvo a aquellos cuya colaboración con las fuerzas de ocupación ha sido demostrada», declaró Hareth al Dari, portavoz del comité.

Por su parte, los médicos surcoreanos, instalados desde hace un año en el sur de Irak, rechazaron este lunes recibir a pacientes iraquíes tras el rapto de su compatriota.

En forma paralela, en Bagdad, la justicia militar norteamericana inició las audiencias premiliminares de tres soldados, acusados de abusos contra detenidos iraquíes en la prisión de Abu Ghraib.

Un juez militar norteamericano, el coronel James Pohl, indicó que la defensa de uno de ellos, el sargento Javal Davis, sería autorizado a interrogar al militar norteamericano de mayor grado en Irak, el general Ricardo Sánchez.

El abogado de uno de los tres soldados afirmó querer hacer comparecer al secretario de Defensa norteamericano, Donald Rumsfeld, para probar que los guardias de la prisión habían actuado por instrucción de la jerarquía militar.

El caso de los abusos también tuvo repercusiones en Australia, donde el Senado adoptó una moción de censura contra el ministro de Defensa, Robert Hill, pidiendo su renuncia por haber inducido a error al Parlamento sobre los abusos infligidos en Abu Ghraib.

Y en Londres, el Ministerio de Defensa confirmó que investigaba informaciones según las cuales tropas británicas habrían torturado y mutilado a iraquíes a mediados de mayo en Al Majar y Al Kebir (sur).

Londres también confirmó que tres de sus barcos de guerra y ocho miembros de sus tripulaciones habían desaparecido en las aguas del río Chatt Al Arab, en la frontera irano-iraquí.

Antes, la televisión iraní oficial en árabe Al Alam había afirmado que la armada iraní había interceptado tres barcos militares británicos que se encontraban en sus aguas terroritoriales y que detuvo a los ocho soldados que se encontraban a bordo.

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