Sevilla. (EFE).- La gesta del Sevilla FC al lograr por primera vez en su historia la Copa de la UEFA ha provocado que media Sevilla -dividida por sus amores a los colores sevillistas y béticos- celebre el éxito de un Club que ha tardado casi 101 años en alcanzar un título europeo. Decenas de miles de aficionados se congregaron hoy en las calles de la ciudad para celebrar el triunfo al paso del autobús descubierto del Sevilla, que trasladó al equipo desde el aeropuerto de San Pablo hasta el centro de la ciudad.

Ya en el aeropuerto hispalense, al que la expedición sevillista llegó sobre las 21.30 horas, dos horas y media después del horario previsto, fueron miles los aficionados que se congregaron, pese a la recomendación del club, para vitorear a sus ídolos.

El itinerario oficial del autobús, tras salir del aeropuerto, se dividió en tres puntos. El primero hasta las proximidades de la Catedral, el segundo al Ayuntamiento y por último al estadio Ramón Sánchez Pizjuán.

Los expedicionarios llegaron en el autobús hasta las inmediaciones de la Catedral para acceder a pie por la Puerta del Príncipe y ofrecer la Copa a la Virgen de los Reyes.

La salida del templo catedralicio se produjo por la Puerta del Perdón, en dirección al consistorio hispalense, donde el alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín ofreció una recepción oficial.

Tras este acto en el Ayuntamiento, la expedición sevillista se trasladó nuevamente en autobús hasta el estadio, pasando por diversas calles y avenidas de la capital, jaleada por miles de aficionados, para concluir la fiesta de madrugada.

Para preservar la integridad de los jugadores, técnicos y directivos, y para el buen desarrollo de los acontecimientos, un fuerte dispositivo policial se mantuvo en todo el itinerario, principalmente por el centro de la ciudad y en los aledaños del estadio del barrio de Nervión.

La fiesta de celebración del título continental tuvo sus comienzos anoche, primero en el Philips Stadion de Eindhoven (Holanda), donde unos 10.000 seguidores vibraron con la gesta de su equipo.

Luego, el jolgorio se prolongó en las calles de una Sevilla dividida en sus colores -los sevillistas y béticos-, ya que los diez mil aficionados que siguieron el partido desde el Auditorio de la Cartuja por medio de una gran pantalla se desperdigaron por el centro, sobre todo a los pies de la Giralda y en la Plaza Virgen de los Reyes, con baño incluido en la fuente.

Otros, la mayoría, se fueron a los aledaños del estadio sevillista, donde se congregaron hasta bien entrada la madrugada para festejar el triunfo.

Por su parte, la otra mitad de Sevilla, fiel seguidora del Real Betis, observaba con nostalgia y sana envidia la consecución del título.

Las calles y plazas de la capital andaluza se han visto en las últimas 24 horas invadidas por seguidores ataviados con los colores de su equipo: banderas, camisetas, bufandas, gorros…, haciendo sonar trompetas y otros instrumentos “musicales” para provocar estruendo.

Las “ligas” particulares y los “derbis” entre los “eternos” rivales, siempre han sido motivo de “piques” más o menos ingeniosos entre los seguidores de los dos equipos representativos de la ciudad de la Giralda.

“Esta noche se muere don manué, esta noche se muere don manué”, uno de los cánticos de los seguidores sevillistas, en alusión al “disgusto” del presidente del Betis, fue uno de los “dardos” preferidos por los seguidores sevillistas.

La mañana de la “resaca” (igual que los lunes posteriores a Feria, festivos hasta hace pocos años) dejó a la ciudad, al menos aparentemente, algo más despoblada. Por una parte porque los casi diez mil seguidores desplazados a Holanda se tomaron el día de asueto, y por otra porque se vieron pocos béticos por las calles.

La nota anecdótica la puso un repartidor de una marca de agua mineral, que, a media mañana, se dedicaba a repartir las cajas de botellas vestido con una camiseta del Real Betis.