Sexo, la mejor vacuna contra el estrés

Sexo, la mejor vacuna contra el estrés

Hacer el amor no sólo ayuda a afrontar las situaciones que provocan tensión nerviosa, sino que además fomenta que el organismo segregue unas hormonas relajantes y revitalizadoras, de acuerdo a las investigaciones realizadas

El secreto para aprovechar al máximo los beneficios de esta placentera “psicoterapia natural” consiste en disfrutarla de manera consciente, completa y con todos los sentidos, revela la investigación.

Millones de personas en todo el mundo viven estresadas, lo cual puede acarrearles a largo plazo alteraciones en su salud física,  mental y emocional, si no le ponen remedio a esa situación, que los ahoga y desgasta poco a poco, pero sin pausa.

¿Podemos acabar con el estrés nosotros mismos? De acuerdo a algunas investigaciones recientes y la opinión de destacados expertos, no sólo es posible, sino que además puede resultar muy agradable, porque el sexo ¡no sólo da placer, sino además salud a los seres humanos.

Es lo que afirma el médico naturista Santiago de la Rosa, de Madrid, en España, quien señala que “mantenerse activo entre las sábanas aporta un rápido y placentero empuje de energía, y es una valiosa ayuda natural para manejar y aliviar el estrés”.

El orgasmo aumenta los niveles de la hormona oxitocina, la cual revitaliza a la persona temporalmente, y el sexo aumenta el riego sanguíneo y la oxigenación pulmonar, así como la producción de endorfinas, otras hormonas que mejoran el estado de ánimo. Hacer el amor también es un buen relajante e inductor del sueño.

“Si ha relegado el sexo al último lugar en su lista de opciones, adelántelo unos cuantos puestos, y jamás lo desestime por falta de tiempo, porque ello es un ataque a su vitalidad”, señala.   Si no se está de ánimo en la cama, este experto aconseja probar con un abrazo, ya que los niveles de oxitocina se elevan incluso con las caricias, pero “si no se siente deseo, es mejor dejarlo para otro día, para que la sexualidad no se convierta en una exigencia más o un hacer mecánico”.

El doctor Stuart Brody, psicólogo de la universidad escocesa de Paisley, en el Reino Unido, ha comprobado que mantener relaciones sexuales con penetración antes de una actividad estresante ayuda a mantener la calma, según ha explicado en la revista New Scientist.

El doctor Brody comparó el impacto de diferentes actividades sexuales sobre la tensión sanguínea cuando la persona experimenta más tarde un episodio de estrés agudo, en un estudio de dos semanas, con 24 mujeres y 22 hombres.

Los participantes anotaron la frecuencia de sus coitos pene-vaginales, masturbaciones o actividades sexuales sin penetración, y se sometieron a situaciones estresantes, como hablar en público y hacer cálculos aritméticos en voz alta.

 TRAS LA CAMA, LA CALMA…

Aquellos que habían mantenido con asiduidad relaciones “completas” estaban menos estresados, y su presión sanguínea volvía a la normalidad más rápidamente que la de aquellos que solo se habían masturbado o practicado sexo sin penetración. Quienes mantuvieron la abstinencia sexual tuvieron una reacción más elevada al estrés, reflejada en su presión sanguínea.

“Estos efectos no se pueden atribuir simplemente al alivio a corto plazo provocado por el orgasmo, ya que perduran durante una semana”, ha señalado Brody, quien cree que la liberación entre los amantes de la denominada hormona “afectiva de pareja” ú oxitocina, puede ser responsable del efecto calmante del coito.

Para el psicoterapeuta transpersonal José María Doria “desarrollar actividades placenteras como el sexo es saludable, porque ayudan a generar endorfinas: unas sustancias que segrega nuestro cerebro, aumentan nuestro bienestar y son una fuente natural de salud, vitalidad y regeneración”.

 “Cuando una persona practica actividades que le dan placer o siente satisfacción ante un estímulo, su organismo segrega estos compuestos hormonales que no sólo elevan las defensas orgánicas ante las enfermedades, degeneración celular e infecciones, sino que además aumentan el bienestar, combaten el estrés y alivian el dolor”, señala.

Según Doria, “hacerse consciente del goce, multiplica el disfrute, por lo cual es importante darse cuenta en el momento en que uno hace el amor o recibe una caricia física o emocional, diciéndose “que a gusto que estoy, que bien me siento”.

Para muchos sexólogos y terapeutas sexuales, es importante amar “con los cinco sentidos”, ya que la sensualidad es mucho más rica y excitante si se la despierta y percibe no sólo con la vista y el tacto sino con el olfato, el oído y el paladar, haciendo vibrar cada uno de los terminales nerviosos de todo el cuerpo.

Los expertos proponen poner todo el potencial de los órganos sensoriales al servicio del acto amoroso. Por algo el Tantra, el milenario arte oriental de las artes y energías amatorias, incluye entres sus preceptos un “ritual de los cinco sentidos”. 

Cada sentido cumple una función diferente y capta diferentes estímulos, pero todos pueden aprovecharse para dar y recibir placer. Una cena afrodisíaca, una música sensual, un cubito de hielo sobre la piel, un perfume embriagador, una voz seductora…

La sensualidad emana a través de todos los sentidos y hay infinidad de formas de sacarle partido a todo su potencial, para despertar y mantener el deseo. Reportaje EFE

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