Buscar el placer mutuo, donde ninguno de los miembros sea superior, debe ser el objetivo principal en las relaciones íntimas.
Para los occidentales, que tienen una visión más bien práctica de la sexualidad, adentrarse en el mundo del sexo tántrico puede ser abrumador, ya que esta práctica, basada en el Tantra, una doctrina esotérica surgida en Oriente, no solo presta atención a los genitales, sino a todas las partes del cuerpo.
La sexóloga Virginia Pérez asegura que el objetivo fundamental del sexo tántrico es potenciar los sentidos iniciando con el deseo, la excitación por medio de besos, caricias, abrazos, descubriendo en uno y en la pareja nuevas zonas erógenas sin la presión del tiempo, dejando la prisa a un lado, permitiendo que cada uno tenga la oportunidad de escudriñar cada poro. El orgasmo y la eyaculación quedan en un segundo plano.
Asegura que esta herramienta la pueden utilizar aquellas personas que quieran salir de la monotonía sexual y enriquecer su vida de pareja y así puedan mejorar su sexualidad y experimentar nuevas emociones juntos.
“Es importante tomar en cuenta que el sexo tántrico es más el enfoque mental que la utilización de técnicas; es tratar de lograr extender la excitación, más allá de lo genital, es darte cuenta cómo reacciona tu pareja ante el preámbulo”, detalla la especialista.
Pérez, quien ofrece consulta en Terapia Boutique, explica que el secreto del sexo tántrico reside en una serie de técnicas para prolongar el éxtasis sexual o mejorar los niveles de satisfacción de la pareja.
Manifiesta, además, que esta forma de practicar el sexo consiste en un medio para llegar al orgasmo de la mejor manera posible.
“Para lograrlo de una manera diferente, el proceso completo requiere que se concentren en el trayecto y dejen de pensar en el final del camino para conseguir un nivel más alto de satisfacción sexual”, concluye la sexóloga.