Hoy 
POR JUAN M. RAMIREZ
Los cuatro sextillizos, de cinco sobrevivientes que fueron dados de alta el martes de la Maternidad La Altagracia, pasaron la noche y el día de ayer normalmente, tomando leche cada dos horas, higienizados cada vez que hacían sus necesidades fisiológicas, bañados en la mañana y hasta amamantados en ocasiones por su madre Magdalena Rodríguez.
Como si se percatara de que ya no está el hospital sino en el hogar ,Luis Manuel Rodríguez, demostró ayer ser el más atrevido al sonreir cuando la enfermera Niurka Díaz le quitaba el pañal que había orinado.
Las demás, Kira Selena, Kiara Selena y Keila Selena la pasaron ingiriendo alimentos, llorando y en movimiento, prácticas normales en niños de apenas seis semanas de nacidos.
A Niurka, del hospital Vinicio Calventi, en Los Alcarrizos, le correspondió el trabajo con los niños durante el día, pues en la noche estuvieron sus compañeras Eva Santana y Miledy Gómez, la primera de la Maternidad la Altagracia y la segunda de la Maternidad de Los Mina, quienes compartieron la asistencia con la madre, quien prácticamente no durmió.
Como se trata de niños prematuros, fueron alimentados cada dos horas, pero con raciones de leche de entre una a 1.5 onzas.
En la habitación de los sextillizos hay una cama para el descanso de las enfermeras, mientras existe otra habitación donde los niños tienen sus bañeras, guardarropa, cubetas para agua, pañales, leche, entre otros materiales que utilizan.
Los niños nacieron el 25 de mayo, pero cuatro de los cincos fueron dados de alta y llevados a su nueva casa en la calle 17 número 19, del edificio Cohisa XI.
Desde que los reporteros entraron a la casa Rodríguez no se descuidó y de inmediato buscó mascarillas y capas para que se cubrieran antes de entrar a la habitación de los niños.
Para el buen funcionamiento del ambiente que deben tener los bebés, Salud Pública, quien es responsable de la renta del apartamento, los dotó de un inversor de cinco kilos, lo que que garantiza que tendrán energía permanente.
