JERUSALEN (AP) _ El primer ministro Ariel Sharon elogió el lunes las medidas de la ONU para vigilar estrictamente a Irán y Siria, afirmando que la comunidad internacional por primera vez está enfrentando a los «países extremistas». En su discurso, Sharon se mostró intransigente al exigir a los palestinos que repriman a las milicias como parte de la «hoja de ruta», el plan de paz.

   «No se puede evitar el reclamo a los palestinos para que cumplan su obligación de desmantelar los grupos terroristas».

   Sharon dijo que Israel «continuará defendiéndose y golpeando a los perpetradores del terrorismo. No tenemos alternativa».

   Añadió que Irán, Siria y los grupos radicales palestinos son elementos hostiles que «no necesitan excusas (para atacar), sólo la oportunidad».

   «El llamado del presidente de Irán de borrar a Israel del mapa expresa lo que muchos en esta región desean en secreto pero no se atreven a decir en voz alta», aseveró el mandatario.

   «Sus intenciones asesinas se demuestran en los ataques terroristas que vimos la semana pasada».

   Pero por primera vez, añadió, «las Naciones Unidas están enfrentando a los países extremistas como Irán y Siria que amenazan la región.»

   El discurso de Sharon inició un período de sesiones parlamentarias que se prevé será turbulento y podría acabar con su gobierno. Su partido Likud aún está dividido por el repliegue de Gaza, y si no logra unificarlo podría ser inevitable llamar a elecciones anticipadas.

   Por la mañana, Sharon aplazó una votación crucial el lunes al no lograr mayoría para tres nombramientos al gabinete.

   Durante los meses anteriores al repliegue de Gaza, Sharon había contado con el apoyo del Partido Laborista, su socio minoritario en la coalición de gobierno, que quería el retiro a cualquier precio.

   Pero desde la partida de los últimos israelíes de Gaza el mes pasado, el laborismo piensa en las elecciones de noviembre del 2006, y su apoyo a Sharon no está garantizado. Al mismo tiempo, el primer ministro tiene que lidiar con disidentes de su partido Likud que se opusieron al repliegue y han dicho que quieren sacarlo del gobierno.

   Legisladores de varios partidos han exhortado a Sharon a convocar a elecciones anticipadas. Toda una serie de asuntos _ desde el presupuesto, que se debe aprobar antes de fin de año, hasta las empantanadas conversaciones de paz _ podrían provocar el abandono de la coalición por los laboristas, lo que forzaría a Sharon a convocarlas.

   El lunes, Sharon iba a pedir al parlamento que aprobara los nombramientos de Ehud Olmert como ministro de Hacienda, Zeev Boim en Inmigración y Ronnie Bar-On en Comercio e Industria. Los tres son del Likud.

   Los llamados «rebeldes del Likud», que siempre votaron contra el repliegue, dijeron que votarían contra los nombramientos. El laborismo se opone porque aspira a algunos de esos puestos.

   La falta de apoyo para los nombramientos y la humillación de tener que aplazar la votación podrían significar el comienzo del fin del endeble gobierno de Sharon.