She Guevara muerto ajustó cuentas

She Guevara muerto ajustó cuentas

Sabido resulta que el 9 de octubre del 1967 fue asesinado en una pequeña escuela de La Higuera, en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, el guerrillero universal Ernesto Guevara de la Serna (El Che).

A partir de esa fecha y por espacio de unos quince años se impuso «La maldición del Che». «El fantasma del Che» realizó reiteradas travesuras que parecían algo así como una cadena de ajustes de cuentas. Fue una serie de eslabones o acontecimientos, que resultaban casualidades o peripecias, que envolvían a personajes involucrados en el apresamiento del legendario guerrillero, en la orden de asesinarlo y en la desaparición de su cadáver.

Los relacionados con la letal tragedia del Che Guevara, sufrieron mortales accidentes de helicópteros, de automóviles, fueron ajusticiados por los causahabientes de la guerrilla, se enfermaron misteriosamente, fueron tiroteados por certeros tiradores, victimados por grupos terroristas de la izquierda, de la derecha cavernaria y gorilesca o asesinados a garrotazos por ex-compinches.

Era como si el fantasma del Che hubiese retornado a pedirles tributo de cuentas a sus asesinos. Era una como marejada de violencia que fue arropando uno a uno, a casi la totalidad de los participantes en la captura en la inolvidable Cañada de El Yuro hasta el secreto enterramiento con un tractor, en una zanja del aeropuerto de Valle Grande. Según sopló después de muchas incertidumbres y averiguaciones frustradas, el mayor Saucedo Parada.

El primero en ser tocado por el índice macabro del fantasma del Che, lo fue Honorato Rojas. Don Honorato fue el delator de la guerrilla y condujo como cicerone o baquiano al grupo de la bella Tania y de Vilo Acuña a la mortal emboscada de El Vado del Yeso. El 14 de julio del 1969, un comando de ELN lo ajustició de tres tiros en la cabeza.

El segundo en ser «accidentado» fue el general René Barriento Ortuño, presidente de Bolivia. Barrientos pilotaba un helicóptero que se precipitó a tierra envuelto en mortales llamaradas. La agencia norteamericana UPI dio la información un día, de un mes del año de 1969. No puedo olvidar que ese día entrevisté en Onda Musical a don Casimiro Castro y le dije: «El fantasma del Che Guevara le tumbó y le quemó el helicóptero, ajusticiándolo a él, al general boliviano René Barrientos». Don Casimiro estuvo de acuerdo con mi atrevido parecer. Todavía éramos jóvenes. Otro eslabón de la Cadena fue el horrendo asesinato del coronel Andrés Sélich, quien había entrevistado al Che en la escuela de La Higuerra, y donde trató de humillarlo. Sélich en la década de los setentas, conspiró contra el presidente Hugo Bánzer y lo liquidaron a palos. En la misma década en Hamburgo, Alemania, fue ultimado a tiros por la joven Mónica Earlt, el coronel Roberto Quintanilla. Este fue quien ordenó la amputación de las manos de Guevara y asesinó además al guerrillero Inti Peredo, hermano del también guerrillero boliviano Coco Peredo.

El «nematelminto» cubano Félix Rodríguez, fue el agente de la CIA que en Bolivia identificó al Che y fotografió su diario de campaña. A míster Félix Rodríguez y le sobrevino con carácter de fijeza un ataque de asma. El nunca la había padecido y tal parece que el difunto se la legó para siempre.

El general Juan José Torres firmó la orden de ejecución en octubre de 1967. El 12 de febrero de 1976 Torres cayó en Buenos Aires asesinado por la llamada «Alianza Triple A». Dos meses más hacia adelante, en mayo de 1976, en París, mataron al general Joaquín Zenteno Anaya…Con la frase en clave «Saluden a Papá» él había ordenado la muerte de Guevara. Lo ajustició la «Brigada Internacional «Che Guevara».

El capitán Gary Prado Salmón que comandaba la compañía que apresó al Che, está paralítico en silla de ruedas, desde hace muchos años.

El sub-teniente Mario Terán, anda borracho e incoherente por las calles de Cochabamba huyéndole al fantasma de Guevara.

Y al sargento Bernardino Huanca para espantarle el mismo fantasma, le aplican choques eléctricos en la cabeza. Los dos estuvieron el 8 de octubre de 1967 con el capitán Gary Prado Salmón en la Cañada de El Yuro.

Y hace algún tiempo que en Cochabamba de la Prepuna, los campesinos hasta musitan plenos de fe una extraña letanía, que reza: «Almite del Che, por intermedio de usted, quiero conseguir el milagro de que se cure mi vaquita, la única que tengo. Concedámelo almita del Che, que por nosotros murió usted».

Publicaciones Relacionadas

Más leídas