Shechtman, el químico «equivocado» que acabó ganando un Nobel

Shechtman, el químico «equivocado» que acabó ganando un Nobel

Estocolmo, (EFE).- Decirle a la comunidad internacional que está equivocada no es cosa fácil y menos enfrentarse a ella para defender un descubrimiento que todos consideran imposible, pero el israelí Dan Shechtman, laureado con el Premio Nobel de Química 2011, lo hizo por sus «cuasicritales», que le han valido el galardón.

Este químico explicó, en una entrevista con Efe, que su descubrimiento de los «cuasicristales» supone «una nueva estructura de la materia» y que se trató de algo tan increíble que sus colegas estaban seguros de que se había equivocado. Shechtman (Tel Aviv, 1941) se topó con el primer «cuasicristal» en abril de 1982 y él mismo pensó que se trataba de algo imposible.

En el cristal que estaba analizando los átomos estaban organizados de una manera que creaba una simetría no periódica. En resumidas cuentas- algo imposible. Esa circunstancia suponía cuestionar la verdad más fundamental de la cristalografía- que todos los cristales están estructurados en formas periódicas que se repiten de manera constante.

 O dicho de otra manera, el dibujo aperiódico que formaban los átomos dentro del cristal -más adelante llamado «cuasicristal»- encontrado por Shechtman era tan imposible como intentar crear un balón de fútbol usando sólo exágonos, cuando también son necesarios pentágonos, explicó en su día la Academia Sueca.

Aunque aquello parecía imposible, Shechtman comprobó y volvió a comprobar sus observaciones hasta que no tuvo dudas, por lo que llegó a la conclusión de que era la comunidad científica la que estaba equivocada.

Así empezó una larga batalla -recordó-, en la que se encontró con la oposición de sus colegas, entre ellos algún premio nobel, se le invitó a abandonar el grupo de investigación en el que estaba trabajando e incluso alguna reputada revista científica rechazó su artículo sobre el tema. «Tuve que hacer frente a dificultades en los primeros momentos, cuando estaba yo solo», recordó, pero poco a poco contó con el apoyo de renombrados científicos como el critalógrafo francés Denis Gratias.

«Aunque aún había oposición, nuestra verdad iba creciendo y cada vez éramos más fuertes», hasta que aparecieron otros expertos que habían obtenido resultados similares pero habían pensado que esas simetrías imposibles se debían a cristales gemelos.

Finalmente ha quedado demostrado que Shechtman llevaba razón, hasta el punto de ser laureado con el Premio Nobel, la máxima distinción para un científico. De esta historia vital se puede aprender una lección, según Shechtman- «hay que convertirse en un experto en alguna materia y, cuando logres algo, sé persistente y sigue trabajando en ello (…) así podrás hacer grandes descubrimientos».

En cuanto a sus aplicaciones prácticas, se está experimentado en productos como revestimiento de sartenes, motores diesel y agujas para oftanmología, gracias a su dureza y por ser malos conductores de la electricidad. El químico lleva incluso una corbata con dibujos que recuerdan a los que forman los átomos de los «cuasicritales».

«Mire, mire mi corbata», dice mostrando el diseño para señalar que es bonito. Y es que esta nueva estructura de la materia, que está relacionada con la proporción áurea y la serie de Fibonacci, «tiene un valor estético» que ha dejado «muy impresionados» a arquitectos y artistas por las formas que dibujan los átomos de estos «cuasicristales», que son «cuasiartísticos», bromeó.

 Además, los diseños creados por sus átomos crean simetrías similares a las encontradas en los mosaicos de la Alhambra de la Granada (sur de España), aunque no son exactamente lo mismo. «Yo he estado en la Alhambra muchas veces. Puedo guiar visitas en la Alhambra, y he mirado a las simetrías que muestran los mosaicos que hay allí», aseguró.

En los dibujos que forman esos mosaicos hay simetrías binarias, ternarias e incluso «en algunos lugares» quinarias -como las de los «cuasicristales»- pero «todas ellas juntas no tienen una organización cuasiperiódica» (que siguen una regla matemática pero nunca se repiten a sí mismos). «Oh, pero los mosaicos (de la Alhambra) son maravilloso», aseguró. EFE

Publicaciones Relacionadas

Más leídas