Si enferma el corazón,los riñones enfermarán

Si enferma el corazón,los riñones enfermarán

WASHINGTON (AP) _ Si el corazón o el riñón está enfermo, conviene estar atento al estado del otro órgano.
Una investigación nueva descubrió que las enfermedades renales de alguna manera acrecientan el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas mucho antes de que los riñones se han dañado. Además, lo que resulta menos sorprendente es que los investigadores médicos finalmente han logrado demostrar que las enfermedades cardíacas pueden perjudicar los riñones.

   La investigación, que abarcó a dos grupos de estudio con más de 50.000 pacientes, promete fortalecer los esfuerzos para diagnosticar enfermedades renales en potencia. Bastarán exámenes de sangre y orina de bajo costo y algunas personas proponen que estas pruebas se conviertan en exámenes de rutina, como los controles que se llevan a cabo para detectar niveles altos de colesterol.

   «El paciente promedio conoce sus niveles de colesterol, pero este mismo paciente no tiene idea sobre su función renal», indicó el doctor Peter McCullough, jefe de medicina preventiva del Hospital William Beaumont de Michigan.

   La insuficiencia renal crónica es una epidemia silenciosa: muchos la padecen sin saberlo.

   Los riñones pierden tan lentamente su capacidad de filtrar las toxinas del flujo sanguíneo que los síntomas no resultan obvios hasta que el órgano se encuentra sumamente dañado.

   Aunque la mayoría de los que padecen el mal temen someterse a diálisis, la verdad es que la mayoría morirá de una enfermedad cardíaca antes de que sus riñones se terminen por desintegrar. Esto es algo que los nefrólogos sabían desde hace varios años, pero que no era conocido ampliamente.

   Esta nueva investigación es destacada en la edición de este mes de la revista Archives of Internal Medicine, donde se pide a los médicos que ofrecen cuidados a los enfermos del corazón que comiencen con una revisión minuciosa de la función renal e impulsen un mejor cuidado para las enfermedades tempranas del riñón.

   La relación suena lógica, pues a fin de cuentas, la presión arterial alta y la diabetes son factores de riesgo principales para enfermedades crónicas del riñón y ataques al corazón.

 Sin embargo, la relación va más allá de los factores de riesgo, señaló McCullough: tan pronto como los riñones comienzan a fallar, algo al mismo tiempo acelera el proceso de las enfermedades cardíacas, no sólo entre las personas obviamente enfermas o los muy ancianos, sino en pacientes «muy jóvenes». 

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