Si estás a dieta, cómo hacer compras inteligentes

<P>Si estás a dieta, cómo hacer compras inteligentes</P>

La compra es el primer paso antes de la preparación culinaria y posterior degustación. Por tanto, decidir cuáles alimentos y en qué cantidades se adquieren es trascendental para llevar a cabo una alimentación saludable.

Cuando el propósito es más exigente, como perder peso, una compra inteligente y con conocimiento de causa es la clave. En esta edición ¡Vivir! explica  la importancia de este proceso y ofrece algunos consejos para conseguir nuestros objetivos, asimismo sugiere qué grupos de alimentos escoger para añadir al carrito.

El estilo de compra de alimentos ha cambiado de forma radical en los últimos años. Se ha pasado de comprar día a día en el colmado, a adquirir los productos de forma más espaciada. Hay quien realiza una única compra semanal, mientras que otros la hacen quincenal o mensual.   En cualquiera de los formatos que decidamos comprar alimentos, la palabra clave es “planificación”, tomando en cuenta todos los miembros de la casa pero sobre todo  a la persona que desea bajar de peso.

De compras y a dieta: qué alimentos escoger
Frutas y hortalizas.
  Su elevado consumo se ha asociado a un menor incremento de peso en adultos a largo plazo, por lo tanto, el consejo es llenar el carrito de frutas y hortalizas frescas. Las conservas y los congelados pueden ser una buena opción para imprevistos.

Alimentos integrales.  Se recomienda que, para la prevención de la ganancia de peso, la dieta contenga una cantidad importante de cereales integrales. Delante de la estantería de la pasta, el arroz, los cereales y también en la panadería, se deben escoger las variedades integrales.

Bebidas azucaradas.  El consumo frecuente de bebidas azucaradas está asociado con índices de masa corporal mayores, de modo que la lista de la compra habitual no debería incluirlas.

Aceite de oliva.  Según la literatura científica, la ingesta de aceite de oliva no parece asociarse a un riesgo significativo de ganancia de peso en adultos. Si además le sumamos los numerosos beneficios que aporta a la salud, el mejor consejo es escoger siempre aceite de oliva y calcular las cantidades en función de la pauta dietética que haya aconsejado el dietista-nutricionista.

Frutos secos.  El consumo moderado (un puñado al día) de frutos secos presenta ventajas en la prevención de enfermedades crónicas, sin que ello suponga un riesgo de ganar peso. Eso sí, hay que escoger las variedades sin freír (tostadas o crudas) y sin sal.

Carne.  Se aconseja limitar el consumo de carne y productos cárnicos para evitar la ganancia de peso, así como moderar las cantidades y la frecuencia de compra y consumo. La carne puede sustituirse por legumbres, huevos o pescado.

Las claves
Bajar de peso: tres consejos prácticos para acertar con la compra
1.  Una guía 

En la guía ‘Consejos para una Alimentación Saludable’, la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) y la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SEMFYC) aconsejan ir a comprar con tiempo, descansado y sin hambre. Esto permitirá poder comparar mejor los precios, la calidad de los productos y elegir la mejor opción sin caer en tentaciones demasiado calóricas que, por cierto, abundan.

2.  Lista
Realizar una lista de la compra cerrada, que solo contenga los alimentos que necesitamos comprar evita adquirir productos tentadores y poco saludables. En casa, con tiempo, papel y lápiz y el estómago vacío, se planificarán, aunque sea por encima, los menús de la semana. Calcular cuántos días se comerá en casa, qué alimentos habrá en la comida y en la cena (pasta, legumbres, verduras, carne, pescado, huevos…) y qué cantidades según la pauta dietética prescrita, ayudará a transcribir en la lista lo estrictamente necesario. Después de organizar las dos comidas principales, se puede seguir con el desayuno y la merienda: queso fresco, pan integral, cereales ricos en fibra, leche y yogures desnatados, frutos secos, fruta fresca…

3.  Información
Un aspecto que no puede descuidarse es la información que proporcionan las etiquetas de los envases. Estas nos permiten conocer datos sobre la composición nutricional (a veces, con gráficos e imágenes que facilitan su comprensión), los ingredientes, la cantidad y el volumen del producto, la fecha de caducidad y de consumo preferente, así como declaraciones nutricionales y de salud (“bajo en sal”, “sin azúcares”, “light”…). Toda esta información es de gran utilidad para hacer una mejor selección.

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