Cada 8 de marzo, ante la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, es común escuchar personas que cuestionan el porqué existe un día para la mujer y no uno para el hombre.
En HOY digital hemos querido dar respuesta a esta interrogante y para esto hablamos con dos activistas por los derechos de la mujer, Susi Pola y María del Mar Mella. Ambas responden.
La opinión de Susi. Le planteamos la pregunta a Susi Pola ¿Qué le diría a la gente que dice que si hay un Día para la Mujer también debería haber uno para los hombres?
Vivimos en una cultura que es androcéntrica y machista, en la que todo está construido para un sujeto universal masculino, por eso la decisión internacional de un día para la mujer…El origen del 8 de marzo es resaltar a la mujer trabajadora y recuerda las luchas femeninas por las reivindicaciones laborales, de hecho, si hoy tenemos un horario de 8 horas laborales y otros beneficios, se debe a las mujeres, responde.
María del Mar también responde. ¿Por qué consideras que es importante tener un Día Internacional de la Mujer? le preguntamos a esta joven activista. Es una forma de recordar el largo recorrido de las luchas por los derechos de las mujeres y debe servirnos para renovar compromisos para la construcción de una sociedad basada en relaciones de igualdad entre las personas. Cada 8 de marzo debemos exigir con más fuerza los derechos de todas las mujeres, responde.
¿Qué decirle a la gente que dice que si hay un Día para la Mujer también debería haber uno para los hombres? » El Día de la Mujer es un símbolo que nos recuerda los siglos de discriminación hacia las mujeres y es una invitación a seguir la lucha por la defensa de nuestros derechos. A esos hombres les recomiendo que mejor promuevan una nueva masculinidad no violenta, que mucha falta que hace en nuestro país. Pero a las mujeres, les pido que abracen el feminismo, porque sólo la toma de conciencia nos hará libres», explica María del Mar.
Tres deseos para este día. ¿Cómo debe conmemorarse este Día? María del Mar quisiera que tuviéramos una revolución cultural, que nos permitiera establecer relaciones en condiciones de igualdad entre hombres y mujeres, pero como todavía nos falta un poco para eso, me conformaré con lo siguiente, pero sólo por este año: que los congresistas despenalicen el aborto y tipifiquen el feminicidio; que el Tribunal Constitucional declare inconstitucional el Concordato y que el Poder Ejecutivo invierta más del 4% en educación, pero en una educación liberadora y no sexista.