Entre lágrimas y expresiones solidarias de todas las que estábamos presentes, escuchamos la desgarradora historia de una mujer sobreviviente de cáncer de mamas decir que “debemos hacer algo porque las ARS no permiten las mamografías de un solo seno”.
La historia, que parece insólita, es verdadera, fue corroborada por un colectivo que se llama “Mujeres Solidarias”, que se ocupa de buscar ayuda económica para a su vez contribuir con las mujeres muy pobres que padecen de cáncer de mamas y se han encontrado con la barbaridad de la exclusión de la Seguridad Social a las que todavía conservan un seno.
Dijeron que para hacer la mamografía “usted debe poseer sus dos senos o ninguno”, pero si solo tiene uno porque el otro le ha sido extirpado por cáncer, váyase a morir a su casa en el caso probable de que el que le queda esté afectado.
La revelación causó sorpresa y estupor entre quienes compartían el conversatorio sobre “La Obsolescencia Programada”, que se efectuó en la librería Cuesta, el martes 26 de junio, donde se relanzó un libro sobre el tema, auspiciado por el Observatorio Nacional Para la Protección del Consumidor-ONPECO-.
En la parte institucional, el doctor David La Hoz informó de las acciones ante la Justicia que lleva a cabo el ONPECO, entre las que resaltó una demanda por daños a varias ARS que le han negado servicio a afiliados a la Seguridad Social, provocando la muerte de muchos pacientes.
En el conversatorio fluyó también la información de que pacientes con pie diabético son sometidos a la extirpación del pie o la pierna porque el Sistema de la Seguridad Social no asume el costo de la cura con medicamentos.
Durante el encuentro también se conocieron testimonios de familiares de personas de más de 80 años, quejándose porque el sistema no los cubre, pese a haber trabajado y aportado al sistema toda su vida.
El conversatorio sobre Obsolescencia Programada se convirtió en un espacio de crítica al funcionamiento de la Seguridad Social, el cual, en un sistema de justicia social debería acompañar al ciudadano desde la cuna hasta la tumba. Aquí no es así.
El Sistema Dominicano de Seguridad Social (SDSS) es muy cuestionado por los que deberían ser beneficiados del mismo, y no hay consecuencias en un país que en el 2010 se dio una Constitución que garantiza el Estado de derecho y los derechos fundamentales como lo es el derecho a la salud.
Todos los dominicanos pensamos en la panacea al problema de la salud con la aprobación y ejecución de la Ley 87-01, que crea y regula el sistema de Seguridad Social; y si bien es cierto que por fin ya lo tenemos, el mismo debe ser mejorado cuanto antes para que se convierta en un mecanismo garante del cumplimiento de la misma ley y de los derechos que tenemos todos los dominicanos a un buen sistema de salud.
El Seguro Familiar de Salud, contemplado en la ley, no ha entrado en vigencia, cuando por ahí debió comenzar a operar. De ser así, la medicina en nuestro país hubiera dado un viraje para convertirse en preventiva en vez de curativa. Hay que seguir tratando este tema, es de urgencia para el país.