Si Leonel va al Politécnico Santa Ana, llora

Si Leonel va al Politécnico Santa Ana, llora

POR GERMAN MARTE
Si el presidente Leonel Fernández va al laboratorio de cómputos del Politécnico Santa Ana, de Gualey, llora. De eso está convencida la licenciada Ana Estela Henríquez Rodríguez, directora general del Politécnico al que muchos consideran un modelo dentro del sistema público de enseñanza, muy a pesar de los limitados recursos con que se maneja.

«El mismo subsecretario de Educación, Luis de León, vino aquí y cuando vio las filtraciones en el techo y los equipos obsoletos que hay aquí dijo: si el presidente viene aquí y ve eso lloraría. Dijimos los dos al mismo tiempo: lloraría», manifestó esta religiosa y educadora que durante años se ha dedicado a educar en un barrio de mala fama, pero de gente buena, en su mayoría.

Se refiere sobre todo al área de informática, donde se imparte clase de cómputos a todos los alumnos, pero además se ofrecen cursos especializados a decenas de jóvenes que aprenden allí a reparar computadoras, diseño de programas y configuración de redes.

Consideró que el esfuerzo que allí se hace sólo es reconocido en teoría por las autoridades de Educación, al menos, así lo demuestra el hecho de que este año se dispuso rebajar la asignación que tenía de RD$120 mil RD$96 mil mensuales. Lo que hace aún más precaria la situación, «en lugar de aumentarnos nos rebajaron. Nosotros necesitábamos más».

Además de rebajarle la asignación, al Santa Ana le deben cuatro meses, algo que la directora califica de «incomprensible».

«Para mí es incomprensible, porque cuando el presidente habla como habló en el Congreso y como habla en diferentes ocasiones de multiplicar los politécnicos, que las escuelas se modernicen y que los estudiantes puedan salir preparados para un insertase en un mercado cada vez más exigente y que la tecnología avance, pero te quitan los recursos, entonces tú no entiendes», expresó la educadora, tras lo cual indicó que han podido sostenerse «arañando».

Explicó que el centro cuenta con dos laboratorios de cómputos, pero muchos de los equipos son obsoletos, además de que el número de computadoras es insuficiente para los más de 1,600 alumnos que hay en dos tandas.

Las filtraciones en el techo de la edificación amenazan con dañar los pocos equipos que tienen, y por eso, alumnos y profesores claman porque las autoridades acudan en su ayuda. Añadió que debido a las filtraciones constantemente tienen problemas eléctricos.

«Cuando llueve, tenemos que arrinconar todas las computadoras en un rincón para que no se mojen», dijo Cristhian Manzueta, profesor de informática.

Además de los laboratorios de Informática, en el politécnico Santa Ana cuentan con talleres de electricidad, y artes gráficas. Donde se han formado cientos de jóvenes.

El Santa Ana funciona también como un centro colaborador del Instituto de Formación Técnico Profesional (INFOTEP). Allí se imparten cursos de electrónica, electricidad, artes gráficas así como corte y confección industrial.

BACHILLERATO EN ARTES

El único bachillerato en Artes que tiene la Secretaría de Educación está precisamente en Gualey, en el Politécnico Santa Ana. Y eso llena de orgullo a profesores y alumnos.

«Lo que ocurre es que en Gualey hay muchos talentos», expresa Ana Estela sin ocultar su orgullo.

Los alumnos que se inclinan por las artes pueden optar por un bachillerato en Música o uno en Artes Plásticas. Hasta ahora de allí han egresado unos 30 bachilleres en Artes.

Incluso uno de ellos se ganó una beca para estudiar en Altos de Chavón, donde le ha ido tan bien que se habla de enviarlo a estudiar fuera del país.

Sin embargo, el respaldo es muy exiguo tanto de parte de los padres como del gobierno.

EL VALOR DE LA AUTOCRITICA

Lo que más ha contribuido a hacer del Santa Ana un politécnico especial es sin duda la critica y autocrítica, que con espíritu constructivo se practica en ese centro desde el surgimiento mismo del plantel, explicó la directora del plantel.

Indicó que en politécnico se evalúa y se critica todo. Y ese proceso participa todo el mundo, desde la directora, los maestros y alumnos hasta los conserjes, y eso -asegura- les ha dado excelentes resultados.

«Los maestros de aquí comenzaron criticando sus propias prácticas», con el objetivo de mejorar; y en ese proceso pasaron casi dos años evaluando el proceso de enseñanza, analizando las necesidades que tenía la comunidad en términos educativos.

Fue así como se llegó a la conclusión de que lo más importante era que al concluir el bachillerato los jóvenes pudieran integrarse al mundo laborar, y por eso se transformó la escuela en politécnico. Pero no en uno cualquiera.

Hoy en día, el Politécnico es un modelo y de ello dan testimonio los resultados que obtienen los egresados de este centro en las universidades.

Ana Estela resalta que los egresados del centro son alumnos sobresalientes, con alto nivel de participación en las clases, pues han sido formado en un ambiente democrático, participativo.

En estos momentos, además, en el Santa Ana están trabajando en un proyecto de innovación de la educación, con los auspicios de la UNESCO.

PARTIENDO DE LA REALIDAD

Contrario a otras escuelas donde se hace un estudio libresco, muchas veces divorciado de la realidad, en este politécnico la planificación y todo el proceso educativo parte de la realidad, por ejemplo si se va a hablar de la alimentación, en lugar de «bombardear» al alumno con informaciones se les instruye para que hagan investigaciones sobre qué come la gente en el barrio, qué comen en sus casas.

En este proceso los alumnos aprenden a realizar entrevista a interactuar con diferentes personas, pero también conocen la situación de su comunidad, pues «nosotros creemos que el conocimiento no sólo en la escuela, sino que está en todas partes, hasta en el colmado, en el triciclero».

Precisamente partiendo de investigaciones realizadas por los alumnos del Santa Ana se pudo determinar que los problemas que más afectan a Gualey son el desempleo, el hambre, la delincuencia y, sorpresivamente, la falta de centros educativos: en Gualey no hay ni una sola escuela básica pública.

Finalmente, la directora del Politécnico Santa Ana subrayó que el país tiene que priorizar la educación, «porque si no hay inversión en Educación no hay progreso».

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