Si les dan, den

Si les dan, den

CHIQUI VICIOSO
El pasado 8 de marzo viajamos desde muy temprano hacia Sabana Grande de Boyá, invitados por los legendarios dirigentes sindicales Francisco Santos e Isabel Tejada, a un evento de mujeres rurales de Hato Mayor, Samaná, San Francisco de Macorís, Juan Sánchez Ramírez y Monte Plata.

Bellísimo el viaje, serpenteando un Ozama que nadie conoce, impoluto y rodeado de bosques húmedos, o humedales del Ozama, área protegida y reserva verde de la ciudad de Santo Domingo, donde se rumora se construirá un gigantesco complejo habitacional, cuya vía de acceso será la actual avenida que circunvala las villas miserias en las orillas del río, y que se construye con los desechos del Metro, bordeando los barrios que todos observamos cuando viajamos a, y desde el Este.

Habíamos aceptado de mil amores la invitación para dirigirnos a unas 700 mujeres, y cuál no sería nuestra sorpresa cuando nos encontramos con un local abarrotado con unas mil doscientas mujeres y un grupo que no podía ingresar por falta de cupo, al Centro Comunal Católico Proyecto Roberto. Las mujeres, mayoritariamente negras, muy jóvenes y madres solteras, de grupos organizados de base, habían venido con sus bebés y esperaban desde muy temprano que se iniciara la actividad.

“Hay que darles ánimos”, le dije a Manuel Jiménez y Enrique Félix, cantautores que siempre acompañan las jornadas populares, y se decidió que, después del Himno Nacional, Manuel abriera el programa con la canción “Macho Pérez”, la cual logró el milagro de encender el auditorio y de que el entusiasmo se mantuviera, a pesar de un apagón que concluyó abruptamente la canción de Manuel, amenazando con afectar la alegría desbordante de la multitud.

Cuando me tocó dirigirles la palabra sabía que a las hermanas campesinas había que convencerlas de tres cosas:

1.-De la función vital que desempeñan en la sociedad y del valor real del trabajo que realizan cotidianamente, desde las cinco de la mañana, cuando se levantan a preparar el café, hasta cuando (exhaustas) le preguntan al marido si las va a “necesitar” en la noche. Si le atribuyéramos un valor económico a cocinar, limpiar, lavar, planchar, fregar, cuidar los hijos y ser amantes, la sociedad no tendría con que pagarles, y mucho menos el Estado Dominicano, el cual aún no puede financiar ni siquiera un año de educación pre-escolar para todos los niños del país, y mucho menos los seis que pasan antes de que entren a la escuela. Así es que cuando un hombre les diga que se va a “trabajar” es necesario que éste entienda que ustedes también están trabajando, y eso es importante para su propia auto-estima.

2.-Lo segundo era ayudarlas a protegerse contra la violencia doméstica, cambiando la tradición de que “en pleitos entre marido y mujer nadie se mete”. Hay que formar comités de base de mujeres contra la violencia en los campos y barrios, y cuando se identifique que un hombre golpea una mujer hay que organizar un grupo de mujeres, abrir la puerta e impedir que la siga maltratando, porque detrás de cada abusador hay un cobarde, una persona con problemas mentales, o un niño que fue abusado en su infancia por una madrastra o madre violenta, algo que hay que tener en cuenta para erradicar el abuso infantil, el cual es como “amolar un cuchillo para la propia garganta”, y si no para la propia, para la hija que algún día será madre y esposa, o madre soltera como en la mayoría de los casos.

3.-la tercera cosa de que había que convencerlas es de que su voto cuenta a la hora de la elecciones, y de que no pueden seguir regalándoselo a diputados, diputadas y senadores que no las visitan, no se hacen eco de sus problemas y no defienden en el Congreso las reivindicaciones propias de los campesinos y campesinas.

¿En la negociación sobre el Presupuesto Nacional ante el Congreso, (preguntaba Francisco Santos), qué fondos se propusieron para el campesinado en general, y el de Los Haitises en particular?

Y, ¿quiénes aquí conocen de manera personal a los diputados y diputadas de esta zona, o al senador? ¿Cómo se llaman y cuántas veces han venido por esta provincia en los últimos años o meses?, preguntaba Juan Hubieres, candidato a senador por Monte Plata, de donde es oriundo, quien se apersonó a la actividad con su esposa e hijas.

“Si les dan, den” fue el estribillo con que cerramos nuestra intervención.

Si les dan golpes devuélvanlos, porque si de dejan dar una vez, les seguirán dando. Si a otra mujer la maltratan impídanlo, que diez mujeres tienen más fuerza que un solo hombre.  Agarrenlo, amárrenlo y entréguenselo a la Policía.

Y no les regalen su voto a quienes no les dan ni las gracias, a quienes las usan de trampolín para su proyección personal o para vivir de ustedes, con salarios increíbles y yipetones.

Recordemos que lo que se conmemora el 8 de marzo es el asesinato de 129 costureras de Nueva York, quienes fueron calcinadas por luchar por una jornada laboral de diez horas para hombres, mujeres y niños (quienes entonces tenían que trabajar 16 horas al día, seis días a la semana).

Que su muerte sirva para inspirar vida, y para convertir la existencia en un derroche de esperanzas y alegrías, como la canción con que Manuel Jiménez, al final de un 8 de marzo memorable, cantara al unísono con las más sufridas y abandonadas de las mujeres: las campesinas.

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