Si no es universal, no es seguro ni social

Si no es universal, no es seguro ni social

Eusebio Rivera Almodóvar

Si no es universal, no es seguro ni social. El Instituto Dominicano de Seguros Sociales (IDSS) precedió a la Ley de Seguridad Social y para mí y muchos colegas, la seguridad social de México era un ejemplo a seguir ya que los mejicanos preferían ir a sus instalaciones antes que acudir a servicios médicos privados. Para esa época nuestro IDSS aventajaba en muchos campos profesionales y tecnologías a los establecimientos privados.

La voracidad de los comerciantes con el dolor ajeno ha impedido la modificación de la Ley 87-01 y nada se logrará sin controlar ese maleficio. Las regulaciones y considerandos demagógicos que no han servido en 20 años, tampoco servirán en lo adelante. Cuando el aporte, o prima del seguro, sea obligatorio y universal, de acuerdo con los ingresos de todos los ciudadanos, donde el Presidente de la República y el chinero tengan que cotizar, el primero muchísimo y el segundo muy, pero muy poquito, sobrará dinero para asegurar atención a toda la ciudadanía y los centros privados solo competirán entre ellos y no con el Estado.

Lea a continuación: Debilidad que perdura

Por: Eusebio Rivera Almódovar
Ser rico no es un delito. Sin embargo, frente a cambios meteóricos de pobre a millonario algunos decían que “habitualmente detrás de sorpresivas fortunas había un crimen” y dejó de mencionarse después que la política se convirtió en negocio y el narcotráfico, mejor conocido como “crimen organizado”, se fortaleció teniendo en sus manos a líderes y gobernantes en muchas partes del mundo.

Dos mini-anécdotas como ejemplos: 1) Pregunté a una amiga si quería ser millonaria o ser feliz y sin titubeos me dijo: Millonaria. Ahora lo es, se casó con un político; 2) A un billetero que me ofreció uno diciéndome que sería el premio mayor del próximo domingo, le pregunté “¿Por qué no te quedas con él?” y me respondió: Hay que ganarse la vida.

Las recientes capturas de grandes cargamentos de drogas en nuestro país, son como una resurrección de la frase sobre fortunas y crímenes, de la cual deben burlarse los nuevos millonarios, políticos o no, que están convencidos de las debilidades de nuestro sistema judicial.