Si no hay noches sin luna o días sin sol, no hay Dave Brubeck sin Paul Desmond OLIVO JAZZ CLUB PRESENTA

Si no hay noches sin luna o días sin sol, no hay Dave Brubeck sin Paul Desmond OLIVO JAZZ CLUB PRESENTA

Hacia 1982, así lo registra la historia del jazz dominicano, José Guerrero, historiador, antropólogo, y quien escribe este texto ayudaron a Guillo Carías en una empresa difícil: traer a República Dominicana, Santo Domingo, para señas de ubicación territorial, a Dave Brubeck, afamado músico de jazz y hombre de brillante creatividad musical. Entonces, aquello fue todo un acontecimiento y nos correspondió entrevistarlo. (1)

1.- DAVE BRUBECK: UNA PERSONALIDAD PARTICULAR, ATRACTIVA

Nacido en 1920 en cuna de una pudiente y acomodada familia de Concord, California, cerca de la Bahía de San Francisco, David Warren Brubeck, hijo de Pete Brubeck (ganadero) y Elisabeth Ivey, quien había estudiado en Londres nada más y nada menos que con Myra Hess, aquella brillante pianista inglesa, de armas tomar, de cuyo talento la historia cuenta cosas maravillosas.

Esta señora inglesa da las primeras lecciones a la madre de Brubeck de jazz, aunque era una eminente arreglista de temas barrocos y clásicos e intérprete pianística de gran nivel.

Dave Brubeck, aprende de su madre esas primeras lecciones de piano entre lo clásico y lo jazzístico, eso le marcaría el resto de su carrera, porque en los años 40 y 50 del siglo XX no todos los músicos estaban tan pendientes de hacer fusión, Dave Brubeck lo llevaba en la sangre y eso iba a correr por el mundo creando una merecida  fama de hombre pacífico, ocurrente y con gran sentido del humor, como se comprobara aquí en Santo Domingo en aquel diciembre de 1982.

Viendo su parecido inevitable con un gran jefe de los nativos de Estados Unidos, comentario que José Guerrero y yo habíamos hecho en privado previo a la entrevista, le dije: “Entonces qué, Gran Jefe”, en inglés Big Chief, a lo que él respondió sin inmutarse: “Debo averiguar bien eso, mi madre vivía cerca de una reserva india” -Risas – (2) Le conocimos jovial, con 62 años y una gran vitalidad.

2.- SI NO HAY NOCHES SIN LUNAS Y DÍAS SIN SOL, NO HAY BRUBECK SIN DESMOND 

La historia de Dave Brubeck es bien divertida, en clase de veterinaria, por la ventana miraba el conservatorio de música que estaba al frente, un profesor agudo le dijo: “deje de perder tiempo, el mío y el suyo, váyase allí, usted está allí”. Desde entonces, eso fue antes de 1942, cuando el ejército le tiene una sorpresa que marcará su vida: allí en 1944 conoce a su carnal Paul Desmond,(3) saxo tenor brillante, con un sonido que luego legara a Stan Getz, pero sin el gran espíritu de Paul Desmond, el típico sonido de saxo del west coast, bien cool y alma sonora del cuarteto de Dave Brubeck en los años 50, del siglo XX. El sonido Brubeck-Desmond marcó esa década, me refiero al famoso cuarteto de 1959-1967.

La combinación era tan perfecta, que aún sin estar Desmond ya en la formación de Brubeck, era llamado por el maestro para que le acompañara en otras aventuras musicales. En la historia del jazz, pocas veces se ha visto proceso de complementación tan interesante, en lo personal y en lo musical, como la dupla Brubeck y Desmond.

Paul Desmond también nace en San Francisco, en 1924, Brubeck tenía 4 años más que él. Saxo alto, músico de excelente imaginación, hizo luego de 1967 una brillante carrera en solitario, sin olvidar nunca la gran influencia que tuvo en sus comienzos Lester Young, saxo tenor, uno de los grandes en su instrumento en la historia del jazz.

En la evocación de los años de guerra fría en los Estados Unidos de América, sería un gran sacrilegio ambientar una película con pretensiones serias sin esa música que marcó mucho a las generaciones  de posguerra.

3.- DAVE BRUBECK O LA FABULOSA OBSESIÓN DE LOS RONDÓ A LO JAZZ

Toda mi vida he sido un devoto de los cruces del jazz con la música sinfónica, tengo dignos testigos, me sobran. Dave Brubeck, en este sentido su vocación la descubre con un escándalo en el Conservatorio de Música de Concord California. Tenía problemas en el inicio de sus estudios para leer partituras de música, estuvieron a punto de echarlo del Conservatorio, profesores más tolerantes descubrieron en él, en cambio, una gran habilidad para manejar contrapuntos y armonías, lo cual sería su fuerte a la hora de componer.

Estuvo bajo mando de George C Patton, y en un concierto de la Cruz Roja al tocar piano el éxito con su música fue tal, que se considera a Brubeck el creador de la primera banda de música birracial en el ejército norteamericano. El gran músico Darius Milhaud, francés del famoso grupo de los 6, donde estaba Erik Satie, se instala en Estados Unidos, desde 1940 hasta 1947, Dave Brubeck al regresar de la Segunda Guerra Mundial aprovecha sus enseñanzas.

Esta será una influencia decisiva en la carrera de Brubeck. Piezas como Rondó a la Turk, su Noche de Posadas, dedicada a México, indican la nostalgia de un ejecutante del piano cuya añoranza clásica era inevitable, un poco como le sucediera a Nina Simone, quien en los solos populares de música lo que hacía era una fuga de Bach.

Cuando decimos Dave Brubeck, en la historia del Cool Jazz y en la propia historia del jazz contemporáneo hacemos alusión a un ser humano de gran bondad, liberal de pensamiento, criado entre los músicos negros de su tiempo, lloró cuando Times le otorgó una portada en 1954, Duke Ellington le hizo llegar la revista, Dave Brubeck lo lloró, sentía que esa portada era de Duke. (CFE)

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