Sí pero no

Sí pero no

La Ley de Seguridad Social fue el fruto de un consenso. Al menos eso se dice. Para lograrla se pusieron de acuerdo Gobierno, empleadores y sindicatos, entre otros sectores.

Lo que aprobó el Congreso contaba de antemano con el aplauso de las partes interesadas.

Una vez que fueron armonizadas una que otra diferencias de criterios, el «sí» sobre esa legislación siempre fue claro y contundente.

Lo que no se explica es que después de tanto consenso para concebir esa ley, haya tanto disenso para consumar su aplicación.

No ha habido forma de poner en marcha el Seguro Familiar de Salud ni de integrar el sistema de atención para trabajadores y sus familias.

Curiosamente, lo que ha marchado viento en popa desde el principio ha sido el fondo de pensiones, que ya acumula miles de millones de pesos.

Y por suerte para los cotizantes, les salió el tiro por la culata a quienes pretendían que esos fondos fueran manejados a su antojo y para su particular beneficio.

No se entiende que haya tanto disenso en torno a ese «sí» que todos dieron para que fuera posible una Ley de Seguridad Social que debe ser aplicada sin más miramientos.

Preocupante

Uno de los aspectos más preocupantes del auge de la criminalidad que afecta al país es el alarmante índice de reincidencia.

La mayoría de los sometimientos judiciales de corte criminal involucran a personas reincidentes, algunas con largos prontuarios de faltas a la ley.

Es preocupante que haya personas que logren acumular en corto tiempo récords de sometimientos por hechos para los cuales hay previstas largas penas. Es decir, vuelven a delinquir antes de que pudiesen haber cumplido la más leve de las sanciones.

Estos índices de reincidencia pueden deberse a varias causas: expedientes mal sustanciados que obligan a los jueces a desestimar acusaciones o a imponer penas benignas, o el hecho de que los magistrados, por las razones que fuere, no están siendo todo lo enérgicos que ordenan las leyes.

Sea por lo que fuere, muchos delincuentes sometidos a la Justicia por faltas graves están volviendo a las calles demasiado rápido.

Es una situación que tiene abrumados a excelentes investigadores policiales y a representantes del Ministerio Público y, por supuesto, a los ciudadanos en sentido general que sienten amenazada su seguridad.

Definitivamente, alguien debe seguirle el rastro a esta avalancha de casos de reincidencia criminal. Estamos en un círculo vicioso que empeora las condiciones de inseguridad ciudadana.

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