¡Si por reglas era…!

¡Si por reglas era…!

POR DOMINGO ABREU COLLADO
Si por la falta de reglas, normas y leyes ambientales era que la República Dominicana se mantenía en total anarquía con sus recursos naturales y medio ambiente, ahora las tiene todas para poner el orden necesario de costa a costa y en cada ciudad o conglomerado humano.

Durante las décadas de los 60, 70, 80 y 90, la inexistencia de leyes relacionadas con el ambiente era el epílogo de todas las discusiones, conferencias, seminarios, congresos y conversaciones de esquinas en torno al manejo de nuestros bosques, ríos, costas, suelos, desechos sólidos y vertidos industriales.

Inaugurando el tercer milenio (año 2000) la presión del movimiento ambientalista logró la aprobación de la Ley General sobre Medio Ambiente y Recursos Naturales, creándose por mandato de ésta la Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Recursos Naturales, y abocándose ésta última a la preparación de las leyes sectoriales, normas y reglamentos necesarios para el manejo ambiental del territorio nacional.

Sin embargo, la Ley Ambiental corrió sus riesgos durante sus primeros cuatro a±os de existencia como consecuencia del cerrerismo político dominicano. Manejándose los políticos criollos como potros cerreros, para ellos la Ley 64-00 no fue vista más que como otra alternativa para la creación de cargos, empleos y puestos en la administración pública. Su incumplimiento sería una destreza más a desarrollar dentro del deporte más practicado en la República Dominicana: la violación de las leyes que componen su código. No obstante, Frank Moya Pons pudo empujar contra corriente y lograr la elaboración de un importante número de normas y reglamentos para cada uno de los aspectos ambientales que maneja la Secretaría. Lo difícil sería su aplicación, en un medio donde la violación de las normas es la norma número uno de la ley (natural) de la violación. En algunos casos, la misma Secretaría se vio acusada de violar sus propias normas, como ocurrió con el caso de la importación de Rockash por los puertos de Montecristi y Samaná.

Entramos ahora al segundo período de la Ley Ambiental -y a ésta sí le toca reelección- de manos de políticos proclamados desde siempre como apegados a las leyes y enemigos de la anarquía. Será otro «round» dentro del largo combate entre ecologistas y «desarrollistas», entre futuristas e inmediatistas, entre conservacionistas y consumistas. Ojalá que gane la Ley.

Normas, reglamentos y otros

Entre las normas creadas al amparo de la Ley General sobre Medio Ambiente y Recursos Naturales tenemos las siguientes.

«Norma para la Gestión Ambiental de Desechos Radiactivos», «Norma para la Gestión Ambiental de Residuos Sólidos No Peligrosos», «Normas Ambientales para la Protección Contra Ruidos» y las «Normas Ambientales de Calidad del Aire y Control de Emisiones».

Para los aspectos de construcción se prepararon el «Procedimiento para la Evaluación de Impacto Ambiental de Proyectos Nuevos», el «Procedimiento para la Evaluación Ambiental de Instalaciones Existentes» y la «Guía para la Realización de las Evaluaciones de Impacto Social».

Para la parte forestal se diseñaron la «Política Forestal Nacional 2000-2004», el «Reglamento Forestal», las «Normas Técnicas de Manejo Forestal», la «Normativa para el Funcionamiento de la Industria Forestal en República Dominicana», las «Normas y Procedimientos para los Permisos Forestales», las «Normas Técnicas para el Establecimiento de Certificados de Plantaciones Forestales» y la «Ruta Nacional de Transporte de Productos Forestales».

Para la gestión costera se preparó la Ley de Pesca y algunos manuales, entre los que está el «Manual de Adiestramiento Manejo Integrado de los Recursos Marinos» (Azua y Barahona) y la «Guía para Buenas Prácticas Ambientales en el Sector Hotelero».

Para el manejo ambiental de las ciudades está, entre otros «Gestión Ambiental Municipal», Reglamento Ambiental para Estaciones de Servicio» y el «Reglamento del Sistema de Permisos y Licencias Ambientales».

En torno a las áreas protegidas (y a la espera de la ley sobre éstas) se preparó el «Programa Nacional de Valorización de Areas Protegidas». Pendiente un proyecto de educación ambiental nacional (principalmente en las escuelas) se diseñó la «Estrategia de Educación Ambiental».

Para la educación

Para los aspectos educativos y de propuestas para la solución de problemas se publicaron las series «Estudios e Investigaciones» y «Medio Ambiente».

La primera serie cuenta con las siguientes publicaciones: «Diagnóstico Calidad Ambiental Sónica en el Municipio de Haina», «Evaluación Rápida de la Contaminación por Fuente Vehicular en el Paso a Desnivel del Túnel de las Américas en Santo Domingo», «Inventario y Caracterización de Emisiones Contaminantes Peligrosos en la Zona Industrial de Haina», «Programa de Calidad del Aire y Control de Emisiones», «Diagnóstico de Manejo y Disposición de Residuos Biomédicos en Centros de Salud de Santo Domingo y San Cristóbal», «Diagnóstico Ambiental del Sector Hotelero en la República Dominicana», «Diagnóstico de la Situación Ambiental de las Pistas o Aeródromos dedicados a las Aplicaciones Aéreas de Plaguicidas en la R.D.» y «Hacia el Desarrollo Sostenible».

Para la serie «Medio Ambiente» se publicaron «Bosques y Agua», «Red Nacional de Viveros», «El Campo Clonal», «Reconversión de Fincas» y «Reforestación».

Otras publicaciones similares, pero sobre temas y acuerdos internacionales que nos atañen, fueron el «Protocolo de Cartagena Sobre Seguridad de la Biotecnología», «El Protocolo de Kyoto de la Convención sobre Cambio Climático», el «Convenio de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes» y la «Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático».

La «Gestión Ambiental Municipal»

Entre las publicaciones relacionadas con el manejo ambiental de las ciudades está «Gestión Ambiental Municipal», un compendio de las diferentes exposiciones realizadas por Frank Moya Pons ante los ayuntamientos de varias de nuestras principales ciudades.

Aunque no es una obra en sí, como tampoco un instructivo ni un recuento de normas acabadas sobre el manejo ambiental de las ciudades, el libro sirve como introducción a la idea de empoderar a los ayuntamientos de las ciudades, municipios, secciones y parajes del manejo ambiental y económico de cada una de sus comunidades.

Algunas citas de «Gestión Ambiental Municipal» esbozan el propósito del libro: «En el país ha habido un crecimiento urbano desordenado por falta de una cosa que se llama ordenamiento territorial, y esto es algo a lo que los ayuntamientos tienen que ponerle atención. La primera línea del ordenamiento territorial le toca a los municipios. No es al gobierno central. El gobierno central da los lineamientos generales.»… «Hay varios ayuntamientos del país que tienen un tesoro de áreas verdes. Con una debida planificación, esas áreas verdes podrían convertirse en modelo en cualquier parte del mundo, pero no las cuidan. Por ejemplo, San Pedro de Macorís está a punto de perder una de las áreas verdes más importantes que tiene el país, que es la Laguna de Mallén.»

En cuanto a las normas establece: «Esas normas ambientales están dirigidas a facilitar el trabajo de los ayuntamientos en el cumplimiento del mandato principal que tienen ustedes, señores regidores y síndicos, vicesíndicos, funcionarios municipales, de darle a la población que los eligió un ambiente sano y conservar los recursos naturales de cada municipio para ser utilizados en forma racional y sostenible por las próximas generaciones.»

De manera que normas tenemos. Ahora hay que ver cómo las vamos a aplicar.

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