Si quieren que esa nueva dinámica familiar funcione

Si quieren que esa nueva dinámica familiar funcione

No hay dudas de que darse una segunda oportunidad en el amor una vez que se tienen hijos de una relación anterior, es tormentoso, pero cada vez más común. Y una de las disyuntivas a las que se enfrenta el sexo femenino es cómo balancear las necesidades afectivas como mujeres versus la maternidad. Y aunque para algunas no ofrece conflicto alguno, para otras es un constante padecer, porque aunque siempre se ha dicho que luego de los hijos somos primero madres y después mujeres, en la vida real uno y otro tiran continuamente de nuestros instintos.
Pero con respecto a los hijos, en el escenario de conformar una nueva relación de pareja, debe tenerse en cuenta que los niños que acaban de perder al padre o a la madre o los que están viviendo una separación o divorcio, es necesario darles mayor tiempo para aceptar al nuevo miembro de la familia. Y en los casos de separación o divorcio, la llegada de una nueva pareja significa para el niño el fin de la esperanza de una reconciliación. Incluso si han pasado varios años desde la separación, los niños y también los adolescentes, muchas veces se siguen aferrando a esa esperanza por mucho tiempo. Esta realidad puede ocasionar que sufran enojo, dolor y confusión.
Lo ideal, es dejar un tiempo prudente para que tanto el niño como su pareja se adapten a la convivencia y establezcan el tipo de relación que tendrán. Algunos peques llamarán al padrastro de esa manera, quizás le digan tío o simplemente decida llamarlo por su nombre; mientras su forma de interactuar se dé en un clima de respeto y tolerancia, todo lo demás irá fluyendo con el tiempo.
Ahora bien, hay aspectos elementales que deben tener muy en cuenta si quieren que esa nueva dinámica familiar funcione. Una de ellas es que, aunque las nuevas parejas puedan resultar de gran apoyo en el cuidado de los pequeños, el derecho a decidir sobre los hijos está reservado únicamente a sus padres biológicos que son los que deciden las medidas a tomar en cuanto en la educación y cuidado de sus hijos.
Por lo tanto, el papel de la madrastra o padrastro en la educación del niño debe ser el de asegurar el cumplimiento de esas normas impuestas por los padres, intentando no interferir con nuevas pautas sin haberlas consultado antes con los padres biológicos del niño.
Un error que muchas veces cometen los padrastros, es tratar de asumir una postura de autoridad. Los niños pequeños, especialmente de menos de 5 o 6 años, pueden tener más disposición para acatar la autoridad de un padrastro o madrastra en la nueva familia, pero los niños que se encuentran en edad escolar y los adolescentes, no suelen aceptar estas manifestaciones, y aunque tuviera la mejor de las intenciones, debe entender que esa no es su responsabilidad.
“En la mayoría de familias mezcladas, es común que veamos que los niños desafían a sus padrastros de vez en cuando. Algunos jóvenes pueden volverse abiertamente agresivos y otros pueden guardar una distancia emocional de su madrastra o padrastro. Pero si esto ocurre en su familia, no lo tome de manera personal, es la forma en que el niño le está probando y tal vez tratando con sus propios sentimientos por tener un nuevo adulto en su vida”.

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