Simplemente estuviera jodido. Si ejecuto al pie de la letra todo lo que dicen me llevara el tipo del tridente. Si mi papá se hubiese llevado de la gente yo no fuera ni un piropo porque sus múltiples fracasos conyugales le advertían no más intentos. Conoció a mi mamá y antes de cumplir el mes ya estaban juntos bajo techo. Por no hacerle caso al murmullo duró 31 años de casado, soy testigo de eso.
Si mi mamá se hubiese llevado de la gente todavía viviera en su natal provincia aguantando maltratos mientras sacaba yuca del conuco. Ella se atrevió a darle rienda a su deseo de progreso e ignoró el juicio patriarca de su época. Ha seguido luchando y promete no detenerse mientras respire, sobre todo porque no le hace caso a las vainas que le dicen, a menos que sea una persona de su merecido respeto y confianza.
Si yo le hubiese hecho caso a la gente no habría disfrutado de la mejor adolescencia junto a hermanos elegidos. Lo normal era escuchar reguetón y soltarles el bozal a los espermas, pero yo preferí juntarme con semejantes distintos que preferían escuchar canciones románticas, hacer una comelona en mi casa o bailar hasta que se gastaran los pies. Fuimos y siempre seremos “Betweenus”; después de 18 años seguimos siendo inseparables.
Si me hubiese llevado de la gente no estudio periodismo porque “te matan si hablas mucho”. Quizás hoy fuera el agrónomo que mi papá quería, el ingeniero que mi mamá quería o el chofer de concho que vaticinaban los vecinos. Lo que realmente iba a estudiar era telemática, pero no había fondos para pagar una universidad privada y decidí irme por la comunicación porque aquel grupo de la adolescencia me ayudó a reconocer mi pasión por la escritura.
Si me hubiese llevado de aquella novia no habría ido a Santiago, tomar el examen de la comisión de espectáculos públicos y ganarme un carné que- honestamente- no sirve para mucho. Recuerdo que cuando hice el primer examen reprobé, pero sabía que tenía las condiciones. Había otra prueba en el Cibao, pero mi pareja de entonces soñó algo trágico conmigo y me advertía no salir de casa. Gracias a mi terquedad soy locutor certificado y ella sigue soñando tragedias de otros.
Si me hubiese llevado de los colegas no opto por hacer una maestría online porque “así no se aprende”. Resulta que cursé el grado y aprendí en un año mucho más de lo que pude recibir en los universitarios. Incluso, por esa maestría conocí parte de Europa y logré buenos amigos. Al finalizar desarrollé un modelo educativo que me permitió entrar al Ministerio de Educación y aportar desde mi sitio.
Si me hubiese llevado de la gente fuera un mediocre en mis oficios porque “en el Estado no se trabaja”. Ese mito es necesario desmontarlo, en el sector público se trabaja igual o más que en cualquier parte, si tu actitud profesional así lo establece. La calidad laboral no puede ni debe depender de la nómina, si no del facilitador. Yo no acepto un peso injustificado, no permito que me paguen por algo que no me he ganado y quienes me conocen lo saben. Siempre hay trabajos, aunque no muchos que quieran hacerlo bien.
Si me hubiese llevado de la gente no habría comprado una motocicleta porque “eso es de locos”. Resulta que en 2015 decidí ser periodista independiente y obtener recursos por algo que se me da bien: contar historia. Entonces, compré la moto y me iba a distintos lugares en busca de personas increíbles. Confieso que disfruté cada kilómetro recorrido y no dudo volver a hacerlo en algún momento de mi vida, si las circunstancias así lo requieren.
Si me hubiese llevado de la gente no compro un carro europeo porque “las piezas son caras”. Mi querido lector, no hay vehículo más cómodo y bueno que uno europeo y sí, las refacciones son caras porque son originales y no se dañan al otro día. Si vendo el que tengo, sigo con otro porque la calidad cuesta, pero con los años aprendí que el que compra bueno lo hace una sola vez.
Si me hubiese llevado de la gente todavía estuviera vendiendo pizzas en una esquina con una bandeja en el hombro vociferando las ofertas. Decidí arriesgarme y, pese a las críticas del entorno, construí el tipo de negocio que visualicé desde la primera pizza vendida. Quienes me criticaban hoy son parte de mi clientela y se alegran por lo que ven. Sigo creciendo en El Patio de Banila.
Si me hubiese llevado de la gente jamás, pero jamás hubiese dejado un trabajo formal por un medio propio de “noticias positivas”. Cuando lo hice ya confirmaban que me faltaban al menos tres tornillos en el caco, sin embargo, ya había alcanzado el punto más alto de la necesaria locura para arrancar sin escuchar los rumores. Y así entre en esta República Positiva, un año online con presencia en varios programas de televisión y radio, buena publicidad y satisfacción inagotable.
Si me hubiese llevado de la gente quizás hoy ni estuviera vivo porque cuando me daban los ataques de ansiedad el consejo era tomar un té de porquerías, o darme un trago largo del romo aquel. Como no hice caso a esas vainas, me fui donde una especialista y desde entonces manejo el tema con facilidad. Incluso, he logrado ayudar a otros sirviendo de canal, nunca de terapeuta.
Si me hubiese llevado de la gente hace rato que tendría cinco o seis hijos. “Tú no sabes cuál de los hijos es el que te va a cuidar mañana” es el argumento más usados por los jodidos. Mi misión es asegurar mi futuro hoy, no dejarle más problemas a mi descendencia. Si no soy capaz de generar los frutos necesarios para vivir cómodo cuando lleguen las canas, entonces no tiene ningún sentido empeñarme en ser mejor cada día. Los que van subiendo no tienen la culpa de los fracasos de sus antecesores, bastante tienen con el sistema.
El primer problema es que las mismas personas que te “aconsejan” no se ponen de acuerdo. No es posible complacer a la manada, lo que hagas tendrá aplausos y abucheos. Lo dañino es que eso te contamine, que esas malas vibras generen cambios en tu actitud. Las críticas son parte de la exposición pública y necesariamente hay que fabricar inteligencia emocional para evitar la paranoia. Haga caso a la gente que usted sabe le van a sumar a sus metas, la única forma que tiene de complacer al mundo es… ninguna. Disfruta la vida, es tuya y de nadie más.