Le encanta el rojo para vestir, ver los paisajes que ofrece esta tierra, come de todo y no se resiste ante un tostón bien crujiente, le gusta leer y viajar.
La vida de Amelia Reyes Mora se podría describir como una vida tranquila y llena de éxitos, pero también ha tenido que pasar momentos muy duros y despedirse de seres queridos, que han sido importantes en su vida.
Amelia es la más joven de la familia Reyes Mora, conformada por su padre Luis Reyes Pérez, oriundo de La Romana; su madre Lilian Mora Arzeno de Reyes, de Puerto Plata, y sus seis hermanos: Johnny, José, Marcos, Augusto, Lilian y Carlos.
La empresaria cuenta que sus padres los formaron en la rectitud y la honradez. “Los valores que nos transmitieron han definido nuestro accionar, pues antes que la búsqueda de una posición económica o social ha prevalecido la honestidad, lealtad a los principios y a los amigos, el respeto por las personas, el estudio y el trabajo, así como la búsqueda constante de la superación y la excelencia”, dice.
Con nostalgia recuerda a su padre Luis, quien fue militar de carrera y tuvo que recorrer junto a la familia toda la República por su trabajo. “Fue un padre y esposo ejemplar, honrado, capacitado y muy trabajador”, expresa.
En tanto que describe a su madre Lilian como una mujer de extraordinaria sabiduría y sensibilidad, siempre supo mantener la familia unida. Una mujer de hierro envuelta con manos de seda. Fuerte, valiente y decidida ante las dificultades; suave, comprensiva y dulce cuando era necesario.
“Pese a que estos cambios de asignaciones de mi papá podían significar un sacrificio, siempre nos mudábamos todos, pues mami era una mujer trabajadora, nunca le temía a nada y su prioridad era mantener la familia unida”, manifiesta.
Momentos difíciles
A los 11 años Amelia experimentó un gran dolor en su vida, pues tuvo que ver partir a su hermano mayor Johnny, quien falleció a los 24 años a causa de un trágico accidente automovilístico. “Era un ser humano excepcional”.
Nuevamente se ensombreció su vida al ver partir a otro hermano, Augusto, con solo 54 años en 2016.
Esta cadena de despedidas continuaría unos meses después con el fallecimiento de su padre y de su otro hermano, José, en julio y agosto de 2017, respectivamente.
“La despedida más dolorosa que he experimentado fue decirle adiós en su lecho de muerte a mi adorada madre en el 2018, ¡En menos de dos años mi familia se redujo a menos de la mitad! Pensamos que las despedidas se distanciarían, ya que los que quedábamos llegamos a ver el 2020, sin saber que el 2 de julio de este año tendríamos que ver partir a mi otro querido hermano Marcos”, cuenta con tristeza Amelia.
Reconoce que todos partiremos, lo que no sabía era que se iban a marchar tantos en tan poco tiempo.
En menos de tres años y medio, tuvo que decirles adiós a cinco miembros de su familia.
“A pesar de todo hemos sentido el amor, el acompañamiento y sostén de Dios y su madre María en este trayecto de pérdidas.
Se puede seguir adelante con fe, esperanza y alegría. Aunque los extraño hasta la eternidad”, revela Reyes.
Vida familiar
Su gran refugio y soporte ha sido la familia que ha conformado con Eduard Gottschalk Moscoso.
“Eduard es un maravilloso ser humano, a quien amo profundamente, mi compañero de viaje en esta dimensión, un verdadero caballero, noble, respetuoso, con un gran corazón, optimista y con gran compasión por los demás, honesto, inteligente y muy trabajador.
Sentí desde que lo conocí gran admiración por él”, expresa Amelia.
Dios le regaló dos hijos, Eduard Emmanuel y Christian Emmanuel, los cuales ella describe como chicos buenos y obedientes, ambos estudiantes de honores en sus colegios. Sus grandes amores y orgullo.
Cuenta que le gusta ver una película con su esposo e hijos, todos juntos en la cama; una caminata diaria con su esposo, son cosas sencillas que le llenan de gran satisfacción.
Amelia le dedica tiempo especial a la oración, le encanta el silencio y la soledad. Tomarse un café con las amigas es un oasis, es fanática de los SPA y la aromaterapia. “Siempre tenemos en casa velas, inciensos, jabones y aceites”, dice.
Vida de empresaria
Durante su carrera corporativa de 20 años, estuvo a cargo de las áreas de Recursos Humanos, Comunicaciones, Asuntos Corporativos, Salud, Seguridad y Medio Ambiente en tres empresas multinacionales.
Tuvo la oportunidad de aprender de las mejores prácticas en dichas empresas y más aún, de adquirir conocimientos y experiencias de sus compañeros de múltiples países en todos los continentes, que le aportaron una amplia visión global.
Las grandes empresas para las que laboró solían contratar importantes firmas de Comunicación y notó que la presencia de los seniors y consultores con experiencia era muy notable durante el proceso de negociación, pero cuando se firmaba el contrato parecían desaparecer y en muchos casos quedaban en manos de profesionales con muy buenas intenciones, pero con limitada experiencia.
De allí provino la idea de ella y su esposo de crear AF Comunicación Estratégica, una firma especializada en Comunicación y Relaciones Públicas que ya tiene 13 años.
“Poder contribuir a que personas y empresas logren sus objetivos y sean más felices y exitosas me llena de gran satisfacción.
La comunicación es acción y lo que no se comunica no existe; sin comunicación es imposible alcanzar los objetivos de las empresas. Hoy más que nunca la comunicación ha revelado el gran impacto que tiene en las organizaciones y en las vidas de las personas”, revela.
Asimismo, manifiesta que AF ha seguido creciendo y evolucionando, y su trabajo y reputación han trascendido las fronteras nacionales, por lo que lo han colocado en la mira de prestigiosas instituciones internacionales.
“Nos invitaron y somos parte de Worldcom Public Relations Group por lo que podemos brindarles acceso a nuestros clientes a la capacidad creativa internacional de más de 2,000 profesionales de la comunicación en 115 ciudades, 49 países y 6 continentes”, indica la empresaria.
Además AF colabora con CCK en República Dominicana, agencia representante de Ketchum en Centroamérica.
Fundación Dominicana de Desarrollo para ayuda a los microempresarios
Amelia comparte que su trabajo en la Fundación Dominicana de Desarrollo para ayuda a los microempresarios es más bien un aporte voluntario a República Dominicana.
“Es un gran privilegio para mí servir a través de la presidencia de esta fundación, junto a un equipo de prestigiosos profesionales y empresarios que donan su tiempo y su talento”, indica la empresaria.
Añade que la Fundación Dominicana de Desarrollo es la institución pionera del microcrédito en la República Dominicana, con más de 50 años de existencia, cambiando vidas, creando empresas para contribuir con el desarrollo de la nación.
Su trabajo está dirigido a la creación de más y mejores oportunidades para los segmentos excluidos de la población dominicana, a través de generar y fortalecer negocios con los programas de capacitación, asistencia técnica y financiamiento.
“Hoy día se hace más necesario aunar esfuerzos en el sector privado para incentivar más el emprendimiento y la recuperación de nuestros empresarios de la microempresa, así como continuar obteniendo incentivos y facilidades para hacer que puedan sobrevivir en medio de esta gran crisis que nos ha generado la pandemia”, concluye Amelia.
Su apoyo al sector turismo de salud
“El turismo de salud es un gran compromiso para mí como profesional y dominicana, representa un espacio especial de atención en nuestra agencia.
La responsabilidad de formar parte como vicepresidenta de la institución junto con el doctor Alejandro Cambiaso, presidente, lo consideramos un compromiso con la nación”.
“A través de la comunicación y del rol de la Asociación Dominicana de Turismo de Salud, promovemos y favorecemos la innovación y las mejores prácticas de los sectores salud y turístico, para lograr la consolidación de República Dominicana como un destino de turismo de salud de clase mundial”.