Si tienes más de 35 años…

Si tienes más de 35 años…

WEDIN LAMA CURY
Compre usted los periódicos, busque las pocas ofertas de empleo que puedan contener… Trate de encontrar una, un sola, que le dé oportunidad de trabajar a alguien que rebase los 35 años de edad. Insista durante semanas, meses o años. Si encuentra alguna oferta, probablemente ya será tarde. Lo más lógico es que usted se haya vuelto viejo durante la búsqueda.

Si tiene usted más de 35 años, y no tiene negocio propio que le permita ingresos netos considerables ni ha heredado una fortuna líquida cuantiosa, pero enfrenta la difícil realidad de vivir aquí, tenga mucho cuidado. Es casi seguro que haya entrado en terreno intensivamente minado. Si por casualidad tiene empleo, ¡consérvelo!. No importa que no lo asciendan, no le dé importancia. Si no lo tratan muy bien, evite contacto directo con sus superiores. Si no le aumentan el sueldo, ruegue, pero no se vaya. Si las cosas no parecen mejorar, acuda a Higüey, usted sabe donde quién, y solicité el milagro. Si la respuesta tarda, no se desespere, recuerde que hay muchos en apuros que han formulado sus peticiones antes que usted. Sea paciente.

En caso de que usted no tenga empleo, prepárese. Ante todo, recuerde que aquí la tasa de desempleo es superior al 20 por ciento. No crea en nadie que le diga lo contrario. Sobre todo si quien se lo dice está trabajando y está comiendo con grasa. No le haga caso. Además, ¿de qué sirve que le convenzan?

Pues bien, insistimos en que después de los 35 años, no sé en Suecia, pero sí aquí, cualquier persona normal, comienza a tener problemas. Sea hombre o mujer, probablemente estará casado. Y, si no es infértil, debe tener 2 ó 3 herederos. Sólo en colegio, tener esa pequeña nómina filial representa unos 10,000 pesos mensuales. Claro, salvo  que le hayan socorrido con uno o varios de esos bálsamos que llaman becas, por concepto de vivienda, si es de los que no le gusta vivir en los suburbios, será muy difícil que pueda evitar pagar menos de 15,000 pesos.

Para asistir a su trabajo dentro del horario establecido, haya o no tapones, usted deberá poseer un pequeño auto japonés. De esos que sólo consumen unos 6,000 pesos al mes en combustible. Por supuesto, siempre que usted haya descontinuado la clásicas costumbres de llegar a Villa Mella a desafiar el colesterol y de pasear los domingos en el segmento que deja libre el Ayuntamiento en el Malecón. Claro, adquirir el vehículo le hace arrastrar una deuda que usted amortiza mediante mortificaciones cuotas mensuales ascendentes a 5,000 pesos cada una, durante la eternidad que representan cinco años.

¿Nota usted cómo las cosas comienzan a ponerse color de hormigas? ¿Sabe que hace rato que los gastos sobrepasan los 35,000 pesos? Esto sin que, hasta ahora, la suma de los mismos incluya alimentos, medicinas ni diversiones. Ni mucho menos aquellos gastos que se disfrazan de eventos fortuitos tontos, pero que son desajustadotes de presupuestos magros, como, por ejemplo, el colapso de la estufa o de la nevera o del pozo séptico. Tampoco incluye, ¡agárrese!, las Tenias Gemelas Nacionales: la energía eléctrica y la factura telefónica. ¿Y ahora, qué le parece?

Antes de seguir, permítame hacerle un par de preguntas, ¿está su esposa trabajando, produce ella más de 30,000 pesos mensuales? Le advierto que si no es así, su caso es de los muy graves. De todas maneras, sigamos.

Tras seguir la pista a precios de bienes de consumo, que pocos saben en detalle cuales son, el Banco Central estima en 18,000 pesos la canasta familiar correspondiente al quintil superior. No sé si usted cree en eso, yo casi creo. La duda me la incuba un amigo de pocas letras, pero de muchas vivencias. El insiste que en la canasta del Banco Central no coincide con la de él. Y en eso parece tener razón. Los más reputados estudiosos de la economía sostienen que realmente existe una canasta familiar para cada hogar. La misma contiene, sin lugar a dudas, los productos realmente consumidos por cada familia. De todas maneras, estime usted que en el caso suyo los gastos ascienden a sólo 12,000 pesos. En lo que concierne a las diversiones, no importa que usted, huyéndole a los precios del ron, las cervezas, y a los alcoholímetros, deje la bebida, no le sangrarán con menos de 10,000 pesos cada 20 días. En cuanto a los imprevistos desajustadores, no me pregunte porqué, nunca bajan de 5,000 pesos por mes. No es cierto, aunque resucite Platón, que alguien pueda sostener con apego a la verdad, que en su casa transcurrirán cuatro semanas sin que haya un SOS producto del colapso de algún servicio o de un electrodoméstico. No es cierto.

Ahora vienen las Tenias Gemelas Nacionales, es decir, energía eléctrica y teléfono. Parece mentira, pero es cierto, las distribuidoras de energía no le perdonan a usted que no viva en el Hoyo de Chulín. Por tanto, le apuñalearán con más de 5,000 pesos mensuales. En cuanto a la factura telefónica se refiere, este flagelo, aunque casi siempre es menor que el eléctrico, también es terrible e inapelable. No es cierto que, salvo por error, a usted le asaltarán con menos de 3,000 pesos cada mes. No importa qué Santo le proteja, ni que esté provisto de un resguardo confeccionado en San Juan de la Maguana. No señor. Con esta gente no vale nada de eso. Es más, me voy a permitir recordarle a usted que la Biblia lo advierte cuando dice: “La lengua es el castigo del cuerpo”, en este caso puede agregarse que la lengua y el teléfono son el castigo del cuerpo, por no decir del bolsillo.

A estas alturas del juego estamos rondando los predios de los 70,000 pesos. Una realidad terrible que se torna peor si ya usted tiene más de 35 años y no está trabajando, ya que después de cruzar ese Rubicón, ninguna empresa le ofrece empleo. Si no lo cree, repetimos, tome los periódicos y revise los anuncios de empleo disponibles; aunque con otras palabras, suelen decir: Si tiene más de 35 años… no fuña.

Publicaciones Relacionadas