Insaciables, los danilistas andan por el mundo cacareando las mil razones por las que el magnánimo presidente Danilo Medina tiene que quedarse en el poder cuatro años más. Nadie como él, argumentan; su Gobierno es el mejor, por demasiado, por lo que toca agradecer el gran sacrificio que ha hecho en nombre de un pueblo que le aclama.
Como si su mega obra no fuera suficiente para sostener la obligación de su permanencia, ahora surge una nueva: es el único político que ganaría las elecciones en primera vuelta, según aseguró el ministro administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta.
A estas alturas, sin olvidar que Medina tiene un impedimento constitucional para reelegirse (algo que está claro que no lo va a detener), Peralta debería pensar en que a nosotros poco nos va a importar que las elecciones se definan en primera o segunda vuelta: después que paguemos RD$1,449 millones en las primarias, ¿es tan relevante lo que cueste lo demás? La democracia cuesta, tal vez demasiado para nuestro gusto, y toca pagarla.
La reelección, esa grave enfermedad que contagia a todos los políticos dominicanos y a los acólitos que le sirven con gran devoción, debería estar fuera de toda discusión en estos momentos. Como siempre, sin embargo, pueden más los intereses y los deseos de perpetuarse para seguir sirviéndose del poder. ¡Cuántos, que viven muy bien gracias al Gobierno, se pronuncian cada día!
¿Hasta cuándo seguiremos reeditando los viejos esquemas balagueristas? Está bueno de seguir haciendo lo mismo una y otra vez. Si hay que pagar una segunda vuelta, ¿qué más da?