En un contexto marcado por desafíos educativos significativos, Marina Ortiz delinea una visión clara y contundente para abordar la crisis educativa que afecta profundamente a la sociedad dominicana.

Ella es una socióloga prominente, quien ha dirigido y participado en importantes proyectos de investigación sobre temas sociales y económicos desde 1981.

Sus declaraciones fueron ofrecidas a petición del Periódico HOY cuyo objetivo es conocer la visión de profesionales destacados dominicanos con respecto a posibles salidas y soluciones a temas puntuales que afectan al país y que son publicadas en la serie “Si yo fuera Presidente…”

Como presidente su enfoque se centraría en la implementación de una política pública integral que priorice el incremento de la calidad educativa en todos los niveles.

Esta propuesta cobra especial relevancia a la luz de los preocupantes informes que colocan a la República Dominicana en el último lugar a nivel mundial en evaluación de Ciencias, Matemáticas y Lectura.

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Según los resultados del Programa para la Evaluación Internacional de los Alumnos (PISA), el país obtuvo las peores calificaciones entre 70 naciones evaluadas.

El diagnóstico subraya las debilidades persistentes en el sistema educativo dominicano a pesar de los esfuerzos realizados.

El informe PISA 2022 sitúa a este año como el de mejor desempeño histórico del país en todas las áreas evaluadas.

En contraste, la medición PISA 2018 había develado una notable caída respecto a los resultados obtenidos en 2015.

Los puntajes alcanzados en 2022 fueron de 351 puntos en Lectura, 360 puntos en Ciencias y 339 puntos en Matemáticas.

Mientras la puntuación global se elevó hasta 350 puntos, tras obtener 339 en 2015 y descender a 334 puntos en 2018.

Marina Ortiz destaca la necesidad imperante de redefinir las políticas públicas en educación para enfrentar este desafío con determinación y visión a largo plazo. Su enfoque se centra en varios pilares fundamentales:

Mejora de la calidad educativa a todos los niveles

Ortiz propondría un enfoque integral que buscaría elevar los estándares desde la educación inicial hasta la universitaria.

Esto implicaría un énfasis en el desarrollo de las competencias claves como la lecto-escritura, el pensamiento crítico, lógico y matemático, así como la capacidad de identificar problemas y proponer soluciones innovadoras.

Incorporación de estudios técnicos en la educación media

Una de las medidas destacadas es la introducción de estudios técnicos para los estudiantes de media en la tanda extendida.

Es partícipe de que esto no solo les proporcionaría un oficio para acceder al mercado laboral, sino que también serviría como incentivo para la conclusión del nivel académico, reduciendo la deserción escolar.

Fortalecimiento de la formación docente

Ortiz haría énfasis en la importancia de una formación continua para los profesores.

Reconoce que una educación de calidad requiere maestros bien capacitados con sólidos conocimientos y habilidades pedagógicas. “Un segundo renglón de atención es la formación de los docentes, que debe ser continua, pues el conocimiento es progresivo.

Una educación de calidad requiere buenos docentes con conocimientos y capacidades pedagógicas”.

Adaptación de la oferta universitaria a las demandas del mercado

De ser presidente de la República, propondría una reestructuración de la oferta universitaria para alinearla con las necesidades del mercado laboral y los planes de desarrollo del país, garantizando así una formación técnica adecuada para los estudiantes.

Priorización de la calidad educativa a través del pacto social

Marina Ortiz abogaría por un compromiso colectivo de todos los sectores nacionales para priorizar la calidad educativa a todos los niveles, ejecutando las acciones necesarias para alcanzar este objetivo.

“Luego de la conquista del 4%, el pacto social de todos los sectores nacionales debe dirigirse a priorizar la calidad de la educación a todos los niveles y ejecutar las acciones que sean necesarias para esos fines.”

La visión de la investigadora Marina Ortiz para la política pública de educación constituye una respuesta proactiva, concreta y ambiciosa para programar y hacerle frente a los desafíos educativos que tiene en el presente y el futuro la República Dominicana.