El atentado que sufrió el extoletero de los Medias Rojas de Boston, David Ortiz, es el quinto caso documentado en el que los sicarios contratados le dispararon a alguien por error. Las otras cuatro víctimas, sin embargo, no corrieron la misma suerte que nuestro gran astro del béisbol: murieron en el acto.
La primera persona que murió por un error de los sicarios fue el ingeniero Wilson Alejandro Amparo Luna, de 30 años, a quien le dispararon el 21 de enero del 2010 cuando confundieron su camioneta Toyota, de color blanco, con la de Winston Rizik Rodríguez, alias El Gallero, quien fue mandado a matar por órdenes del colombiano Daniel Restrepo. Su vida costaba RD$500.000.
Restrepo estaba preso en la cárcel de Najayo desde el año 2004 después que dispusiera el secuestro y asesinato de Jesús Javier Aracena y su ayudante Gelson David González, por el tumbe que Aracena le había hecho tres años antes en España cuando le vendió diez kilos de cocaína a unos ciudadanos marroquíes.
En el caso de El Gallero, quien tenía cuentas pendientes con Restrepo según confesó en el juicio Domingo Concepción Brito Miranda, los sicarios intentaron matarlo nuevamente en un atentado fallido que ocurrió el 25 de enero en la avenida Winston Churchill esquina Correa y Cidrón.
Por el homicidio de Amparo Luna y el intento de homicidio a Rizik Rodríguez fueron condenados a treinta años Víctor Alfonso Damián Rojas (Residente), Kedelin Antonio Bencosme Santos (El Chino), Luis Kaury Frías Lafontaine (El Lindo) y Jonathan Rafael Caro Pérez (Cuto). Brito Miranda (Zion) fue sentenciado a cinco años, mientras que Franklin Díaz Medina fue declarado prófugo. Sobre este último nunca se ha dicho más.
Brito Miranda, sin embargo, fue asesinado por una patrulla policial en el barrio Puerto Rico, de Moca, el 13 de agosto del 2014. Era perseguido por haber herido a José Arcadio Peña Nery en Santiago.
El segundo. El 3 de agosto del 2010 el médico fisiatra Sergio Rafael Rojas Soriano fue asesinado en los alrededores del parque Jardín Botánico y, aunque la Policía Nacional dijo en su momento que eran simples rateros que le querían robar, la versión se puso en duda porque fue asesinado con un disparo certero y a quemarropa.
Posteriormente, los periodistas Juan Bolívar Díaz, Fausto Rosario Adames, Jean Michel Caroit y Fernando Hasbún denunciaron que existía un plan para asesinar al entonces director del semanario Clave y el digital Clave Digital, Fausto Rosario, quien guardaba un parecido físico con Rojas Soriano. En ese momento se reforzó la seguridad en el Botánico.
Por el asesinato de Rojas Soriano fueron detenidos Luisito Alcántara Polo (Pepe), quien fue condenado a 30 años en el 2012 por matar al repartidor de periódicos Ariel Holguín Morales, a quien le robaron el motor la misma mañana que asesinaron al médico fisiatra. Además condenaron a tres años de prisión a Samuel Montes de Oca por porte ilegal de armas mientras que Daniel Camilo Pérez (Danielito) fue liberado por insuficiencia de pruebas.
Por el hecho estaba prófugo Junior Tontón Santiago, quien fue asesinado por un coronel de la Policía Nacional el 28 de septiembre del 2010 en Cristo Rey y también había participado en abril del 2009 en el homicidio de Wellington Rafael Molina, hijo del entonces diputado reformista Rafael Molina Lluberes.
También estaban prófugos Bernardo Colón Rivera (Benito), quien fue asesinado el 9 de marzo del 2011 junto a Guillermo Sosa por asuntos relacionados con el tráfico de drogas en el sector Los Guandules; Jefry Navarro Peguero (Tres Patas), que se entregó en agosto del 2010; y Billy José Paulino Paredes, de quien jamás se ha dicho nada.
Tercer caso. El 7 de abril del 2014 Natasha Teresa Sing Germán fue asesinada en la calle Privada, del sector Mendoza, en el municipio Santo Domingo Este, cuando los sicarios la confundieron con Suleika Flores Guzmán, quien fue liquidada tres semanas después en la avenida Ecológica.
El homicidio de Flores Guzmán fue ordenado por Sanhys Dotel Ramírez (La Patrona), de 43 años, después que descubrió que Suleika tenía una relación sentimental con su esposo, Julio Cepeda Ureña, de 64.
Para lograr su objetivo Dotel Ramírez le entregó RD$800 mil a su sobrino político Francis Alexander Fermín González, quien a su vez contrató a Jesús Manuel Mendoza (El Patrón), que subcontrató a Johnny Sención Gómez (El Pai) y él, para variar, contrató a los autores materiales: Amauris Soriano García (Nevado) y Luis Abel Mariano Pérez.
Por los dos asesinatos, sin embargo, pagaron RD$400 mil: RD$200 mil por el error y el resto por el certero.
En el caso también fueron implicados Dionary Elizabeth Trinidad Ramírez, Juan José Dotel Ramírez (oficial de la Armada y hermano de Sanhys), Catherine Berioska Medina, Abraham Tavárez Dotel y Fraisy Novas Ramírez (estos dos últimos sobrinos de la imputada).
El juicio de fondo contra los implicados aún se está conociendo en el Segundo Tribunal Colegiado de la provincia Santo Domingo.
Cuarto caso. El 17 de octubre del año pasado fue asesinado el abogado y pastor Santo Cedeño del Rosario, quien estaba en el interior de su vehículo frente a la iglesia Arca de Cristo, ubicada en la calle Doctor Teófilo Ferry, en La Romana.
Cedeño del Rosario fue confundido por los sicarios que cobraron RD$200 mil por matar al también abogado Julin Cabrera.
A Cabrera lo quería muerto el empresario Félix Antonio Martínez Valdez (Liquito), quien se encuentra preso en la cárcel de El Seibo. Cuando la Policía explicó que Martínez Valdez fue el autor intelectual no ofreció detalles acerca de por qué guardaba prisión.
El autor material de homicidio fue Felipe Valerio, quien fue apresado días después en Palmilla, El Seibo, cuando hirió de bala a Santo Benito Mercedes para despojarlo de RD$170 mil.
También fueron implicados Carlos Alfredo del Rosario de Jesús (Supite y/o Pipe), quien ubicó y dio seguimiento a la yipeta de la víctima y llamó al homicida para que ejecutara el encargo; y Natanael de Jesús Severino, quien manejó la motocicleta desde la que se cometió el hecho.
A todos se les dictó un año de prisión preventiva como medida de coerción el 29 de noviembre del 2018.
El caso, que fue declarado complejo, todavía no ha sido ventilado en los tribunales.