El secretario de educación del Colegio de Sicólogos consideró este martes que uno de los factores que explican el comportamiento de agresividad en el país es el crecimiento poblacional y la emigración a las ciudades que ha dejado al campo con apenas el 30% de la población.

Eladio Hernández, explicó que esa alta concentración poblacional en las ciudades, donde reside el 70% del total de la población del país, genera dificultades y frustraciones entre la que tiene que sobrevivir y convivir en las grandes urbes.

El profesional fue entrevistado por los periodistas Manuel Jiménez y Ángel Barriuso en el programa Propuesta Matinal que es difundido de 7:00 a 8:00 de la mañana, de lunes a viernes, por el canal 45.

Hernández manifestó que desde una concepción científica del comportamiento de los seres humanos la agresión es natural en las personas, las cuales recurren a ese tipo de conducta para conseguir objetivos que no podrían alcanzar sin esa propensión a la agresividad.

El sicólogo consideró que esa agresividad no es mala por definición, criterio que sustentó con el ejemplo de dos boxeadores que en el cuadrilátero tienen que recurrir por necesidad a la agresividad para conseguir el triunfo.

Enjuició que la agresividad debe ser vista como un encadenamiento que parte de la agresión, seguido de la agresividad y luego de una manifestación de  violencia  que puede culminar en el homicidio o probablemente en el asesinato, que es cuando en su concepción se consuma la violencia.

Definió a la violencia como un acto premeditado de dañar a alguien o a algún objeto, por lo que comentó que cuando se habla de violencia es una referencia a que alguien planificó de manera consciente el dañar a otra persona u objeto.

Empero, estimó que la violencia es un problema social de equidad que se hace manifiesto cuando en el país los hogares andan por un lado, el Estado por otro y las instituciones como las iglesias y las escuelas también están igualmente dispersas.

Abogó en efecto por un plan nacional que encamine la estructura familiar a la educación de los hijos para que éstos no sean inducidos a conseguir cosas a cómo dé lugar.

Para fundamentar su valoración recordó estadísticas según las cuales el 50% de los matrimonios en el país han sido deshechos, lo que calificó como un fracaso que evidencia la existencia de una enfermedad social que requiere analizar el fenómeno desde esa misma óptica.

Observó que aunque es significativa la frecuencia de acciones violentas ejercidas por hombres contra mujeres lo es también que en lo que va de año casi tres mil hombres han muerto a manos de otros hombres.