Sida carcelario

<p>Sida carcelario</p>

WILFRED MORA
Un servicio penitenciario como el nuestro tiene muchas otras experiencias que le permiten mostrar en forma más nítida, más perentoria y más extrema la crudeza de nuestras cárceles. En cuanto a los problemas de salud que enfrenta este tipo de comunidad de intramuros, en lo que el tema del SIDA se ha descuidado, o tal vez se ha olvidado, es entre todas las miserias de los penales, la práctica más triste del problema carcelario nacional. Siendo así, no puede entenderse, cómo a pesar de que el primero de diciembre se celebra el Día Mundial del SIDA, los que dirigen el sistema carcelario prefieren este día para discutir sobre las capellanías carcelarias y no sobre las estadísticas de las prisiones sobre SIDA y otras enfermedades de transmisión sexual. 

La protección de la salud de personas involucradas en las cárceles -empleados e internos- es de las primeras responsabilidades de los individuos recluidos en los establecimientos penales, ya que tiene que ver directamente con los empleados y con los internos que permanentemente están es éxodos de estos lugares. Es notorio que todos ellos están sujetos al cumplimiento de las normas de vida y de convivencia. Lamentablemente no existen reglamentos referidos a la prevención del sida ni a la prevención del riesgo de infección del VIH.

Para nosotros, que conocemos bien el tema, es importante poder informar que se puede contribuir al tratamiento del SIDA desde el abordaje de la cárcel, e inversamente es imperioso que desde la cárcel exista un abordaje del sida, dado que todo penal está compuesto de fenómenos que rodean a esta problemática en sus deseos y en sus necesidades. No olvidemos las experiencias que pueden surgir cuando se estudia el problema sexual de una de nuestras cárceles.

En la República Dominicana el índice de delincuencia es muy alto, lo que hace suponer que también puede serlo en las cárceles del país. Si es cierto que el sistema no tiene capacidad de saber cuántas personas pasan al año por los establecimientos penales, mucho menos podrá saber las variables más fronterizas al problema sexual de una cárcel. Es decir, la cantidad de homosexuales y trasvestis, cuántos cometen delitos sexuales, o cuántos ingresaron al penal infectados del mal.

El aumento de las tasas de infección que pueden estar produciéndose en nuestras cárceles tiene que ver con las visitas de la población de internos, tanto en hombres como en mujeres, recordemos que el sistema no ha sido eficaz en las llamadas visitas conyugales, íntimas o de contacto. No se ha demostrado que el VIH/SIDA pueda contribuir un riesgo para el personal de salud, pero sí sabemos que hay una intensa vida sexual, por la prostitución encubierta que llega a estos lugares.

Por todo lo dicho, el sida del contexto carcelario, debe motivar a las autoridades a la formación de un programa de información-educación por las condiciones totales de un recinto penitenciario. Sabemos del esfuerzo que hace Salud Pública, a través de su organismo llamado Digetsis, pero no siento que estén realizando un esfuerzo real las autoridades penitenciarias. Si no fuera ésta la percepción, se tuviera una idea de la existencia de programas, o de los asesores de SIDA de la SESPAS o se conociera lo que tiene que decir la Subdirección de Tratamiento Penitenciario sobre esta cuestión. Luego, lo que se esperaba era poder tener una coordinación entre los dos organismos involucrados en el SIDA de los reclusos.

La verdad es que no existe ninguna publicación sobre el sida carcelario, y no hay medidas de control del SIDA, debiendo diferir a los internos de un lugar a otro según la epidemiología de la enfermedad, el modo de transmisión, las prácticas sexuales y las percepciones socioculturales de los internos de nuestras cárceles.

El sida es una enfermedad producida por un virus que ha recibido distintas denominaciones: Virus Humano Linfotrófico de las Células T, tipo III (H. T. L. V.), Virus Asociado a la Linfoadenopatía (L. A. V.) y Virus de Inmunodeficiencia Humana (V. I. H.), que al encontrar funcionando a la cárcel de forma arbitraria no es fácil poder evitarse.

En el Día Mundial del SIDA aboguemos por que se pueda proveer todos los servicios necesarios para satisfacer las necesidades de este grupo humano, que en el tema del SIDA tiene una involucración forzosa.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas