Oía hace poco decir que de China se hablaba demasiado. No es cierto. Se habla poco y por eso muchos se asombran aún cuando descubren las potencialidades y dinámica del fenómeno económico chino. Lo comprendamos o no, China ha revolucionado y transformado la economía mundial en los últimos años. Eso no va a cambiar, más bien se va a acentuar. Múltiples comentarios magnifican el hecho de que China “solo” espera crecer un 7% este año. ¡Cuántos no quisieran crecer al menos un tercio de eso!. Mientras que la crisis actual en muchos países desarrollados produce una contracción de la economía en donde una de esas manifestaciones es la reducción del consumo interno, China, ante la reducción de sus exportaciones – hasta ahora el motor de la economía – por la caída de la demanda externa, centra ahora su ritmo de crecimiento en estimular la demanda interna, haciendo crecer aún más su ya enorme clase media.

Sin embargo, su expansión externa no cesa. Con el estimado de reservas internacionales remontando los 4 billones (millón de millones) se inserta en diversas direcciones. Sus inversiones externas alcanzaban los 140 mil millones en el 2013. El gobierno chino no se erige en supervisor del funcionamiento de economías y gobiernos e invierte y concede préstamos en tanto se garanticen con bienes y recursos naturales que, de paso, sostengan sus propios objetivos de desarrollo. Consecuentemente, la inversión en energía sobresale con más de 400 mil millones en diversos países. Otra prioridad son los yacimientos de metales.

Aunque EE. UU. es el principal destino de sus inversiones, también cuantiosas en Europa y ha hecho negocios con 34 naciones africanas – nadie con capacidad financiera podría ignorar las inmensas riquezas de recursos naturales que ahí se encuentran – presta una creciente atención a Latinoamérica y el Caribe.

En setiembre del 2013 se anunció un acuerdo entre la china CNPC – segunda petrolera mundial en términos de capital – por 28 mil millones de dólares para un nuevo proyecto en la faja del Orinoco. Poco después se informó de otro acuerdo con la también petrolera china SINOPEC por otros 14 mil millones. Con préstamos del orden de los 55 mil millones para diversos destinos, incluyendo sociales, el país es el principal destino de fondos chinos. Unas semanas atrás Venezuela anunció otro préstamo por 5 mil millones. Brasil es otro importante destino de fondos chinos: en el 2010 adquirió el 40% de REPSOL Brasil por 7,100 millones y después también adquirió el 30% de la portuguesa GALP por 5 mil millones. La china CNOOC es la segunda petrolera en Argentina. Habiendo comprado en 2010 el 50% de Bridas y posteriormente adquirió el 60% de Pan American Energy y posteriormente ésta compró el 100% de ESSO Argentina y la Occidental Petroleum y en 2014 se asoció con el gobierno para la explotación de petróleo de esquisto en el Atlántico.

Es demasiado para abordarlo todo en un solo trabajo; seguimos la próxima semana.